2. Asaltantes en la Vía


2. Asaltantes en la Vía



La noche empezó como cualquier otra, una luna enmarcaba toda la carretera, los grandes montes a lo lejos parecían aparecer y luego desaparecer en la lontananza. A diferencia del día, la noche en la carretera era fría, sombras de animales corrían cruzando la carretera, casi invisibles, al sentido inexperto que únicamente vería sombras moviéndose y escucharía el ruido de grillos y algún que otro aullido de perros salvajes; pero, esto era un pantalla a la gran  lucha y frenesí que emprendían los habitantes de la noche, el temor a ser presa se sentía en el aire y la adrenalina de ser cazador era cosas de sentidos agudos.

Este era el olor que seguramente tendría, para un animal de escaso sentido, Joe, parado en el elevado detrás de unos arbustos, en donde podía ver la caseta de policías, le molestaban los insectos voladores, así que los espantaba; empero no eran tan persistente como el dolor en el pecho, que esa noche lo atormentaba, y que no cesó desde la tarde, cuando los demás de la banda dejaron la gasolinera cedida por su padre antes de morir. Joe vestía la gran bufanda de lana y una abrigo de color negro para camuflarse en la noche, sus nervios aumentaba a medida que se acercaba la hora pautada y su dolor acrecentaba junto con ellos.

Antes, esa misma tarde y a pocos instantes de irse el grupo, luego de guardar lo respectivo al plan, Joe caminaba hacía el baño y sus ojos se nublaron quedando todo borroso, una extraña sensación de no querer estar en ningún sitio se apodero de él, se sujetó de una pared cercana hasta que pasará; lo que, por cierto, no fue rápido; pero una vez que hubo pasado se dijo así mismo que eran solo nervios y que se le pasaría; sin embargo, a escasos segundos de pensar esto un dolor se pegó en el pecho y en la cabeza, que lo hizo acostarse en el suelo, un sudor seco corría por su cuerpo. Maldijo y llamó a su ayudante, quien vino con su mal humor característico y arrastrado su estropeada pierna, éste al ver a Joe  tirado en el suelo corrió hacía él, preguntó que sucedía, quien le dijo que sólo era un mareo que ya se le pasaría, el ayudante corrió y trajo las pastillas ubicadas en el lugar de siempre, paso por un vaso de agua y le dio a tomar a Joe, que como pudo se paró y llegó hasta un sofá cercano a él.

No podía darse el lujo de enfermarse ahora, era el momento que estaba esperando por mucho tiempo y no sería por él que todo se vendría a bajo.

Cuando todos llegaron, encontraron a Joe acomodando de nuevo las armas y atando las cuerdas, los demás estaban tan excitados por la adrenalina en su cuerpo que poco le importaba lo más pálido que estaba Joe, se prepararon para la ocasión. Todos, con exención de Bass, vestían de negro, Mod tenía una chaqueta negra de cuero regalada por Bass, un pasa montañas puesto como de gorro, llevaba su barba como siempre en forma de candado, y los demás también con chaquetas robadas en sus robos en la carretera. Bass llevaba una chaqueta marrón con aplicaciones de abrigo en el cuello, en los puños y bordeando toda la costura, era dueño del aspecto más relajado de todos, montaron todo en camioneta y salieron.

En el vehiculo de cuatro ruedas iba Joe, el Brujo y Adams, muy seguidos por la motos, en las que iban Bass y Mod. Sentía como una seguidilla de tonos agudos en sus almas producto de la excitación.

No fueron directo a la carretera; sino que desviaron su ruta hacía la costa, en donde se encontraba el viejo faro, aún era bastante temprano para ocupar sus puestos, pararon justo en el sitio donde estuvo la noche anterior, caminaron hasta la vieja pita donde hicieron la fogata la pasada noche, lo llenaron de maderos y encendieron el fuego, todos se veían rodeando la fogata, fue Bass que empezó la oración, como era costumbre cuando hacían sus robos, sólo que esta vez tenía un aspecto más dramático por la calidad del golpe a perpetrar.

Los ojos de Joe no dejaban de ver a Bass, el frío se hizo más notable a pesar del fuego de la fogata, la Luna velaba desde arriba al extraño grupo de personas reunidas. Sus alientos eran visibles pero aún así el gélido frío no los amilanaba en su decisión.

En la carretera del Diablo, la Luna invitaba a danzar al son de un aquelarre, el grupo se dividió según lo planeado. Joe ocupaba la gran loma que dividía la carretera en dos y donde se podía ver la estación de policía, desde allí era visible también el lugar en donde estacionaron la camioneta Adams y el Brujo.

El Brujo recordaba un poco la historia que lo había puestos allí y al lado de Bass, nunca siguió el rumbo planeado por sus padres, primero de dos hijos, desde muy joven se le veía como muy aventajado para seguir una carrera titulada, pero al terminar la secundaria comenzó a comportarse extraño, a juntase con personas de mal comportamiento, dejó de un lado los viejos amigos y se dedicó a reparar motocicletas y carros sin saber nada acerca de los mismo, de allí su apodo.

En los primeros años sus reparaciones eran más cosas de suerte que de conocer el negocio de la mecánica, su cobertizo se llenó de refacciones y de cosas por el estilo, siempre estaba acompañado de todo tipo de locos del volante a toda hora, quienes  terminaban escuchando música, bebiendo y fumando.

La relación con su familia se fue deteriorando hasta  terminar yéndose de su casa, primero se instaló en  un sucio local con un cuarto y una sala que convirtió rápidamente en una extensión de su viejo garaje.

Las cosas los primeros meses en el nuevo lugar marcharon bien, pero poco después quedo adicto a las drogas y todo acabo, sé volvió a mudar con una antigua novia y la vida por un momento se volvió para él insoportable, motivado a las frecuentes disputas, que fueron en aumento.

Una mañana cuando la pelea terminó con arrojó de sus herramientas mecánicas a la calle y bajo el efecto de las drogas, John pensó en el suicidio, se encontró con una piedra,  en el lago, frente a la casa rodante de Bass, buscaba el lado más profundo para poder lanzar la roca, mientras caminaba escuchó una risa detrás de él.
- De todas personas entupidas que he visto en esta vida, tú eres la que se gana el premio mayor- dijo Bass vestido con una chaqueta de cuero negro y pantalones también negros pero de tela y los lentes que lo caracteriza.
-Déjame tranquilo métete en tus negocios- le respondió John, vestido con franela verde y pantalones de tela de camuflaje militar. 
-¿Me dijeron que eras bueno reparando motocicletas?- Su mirada estaba ajena al drama que vivía John, en esos momentos. El Brujo lo miró fijamente aún cargando la gran roca, los dos soltaron  una carcajada.
-Si, lo soy ¿Y sabes qué? Esto puede esperar, vamos a ver esa hermosura que tienes por moto, ¿Dónde vives?- Bass señaló el trailer que hasta los momentos pasaba desapercibido por el Brujo, él que no conocía a Bass, lo vio por allí esos días con una súper motocicleta muy brillante y pensó que tarde o temprano se aparecía por el taller para que el Brujo de la mecánica lo reparará, en mal o en buen momento sucedió.

Los dos hablaron de como compró Bass la moto y se conocieron, apareciendo en ellos una empatía inmediata, El Brujo reparó la moto de Bass y terminó mudándose para su tráiler, en donde montó su taller y pronto la casa rodante de Bass se convirtió en centro y refugio de todos los mal vivientes de toda la región que antes estaban en casa de John.

A Bass le agradaba la personalidad del Brujo, era de tipo más bien ingenuo, muy inteligente y altamente leído, pasión que el nunca pudo compartir, le aburría enormemente éste particular. Su ropa era toda un desastre; sin embargo, tenía estilo, usaba el pelo al rape y unos ridículos lentes con los cristales rosa o azules, nunca entendía nada de lo que hablaba, pero parecía tener siempre la razón y arreglando vehículos era muy arriesgado, así que llevado por él se convirtió en un negocio lucrativo, donde era Bass que a lo último se llevaba toda la ganancia que al fin al cabo gastaban en drogas para los dos.

 Otra de las características de  la personalidad del Brujo era que a veces se sumergía en cuadros depresivos como el que enfrentaba cuando lo conoció, aunque algunos pasaban rápido, otros podían durar mucho tiempo, esto Bass pareciera no importarle, más lo tenía en cuenta.  

Adams hizo volver al Brujo en sí y después de quedar en sus puestos para el robo, se agazapó en los arbustos del matorral, escondió la camioneta detrás los grandes árboles y se dispuso a esperar junto a su hermano, esperaban a que Joe le diera señal, al igual que el Brujo, Adams no confiaba en su amigo Joe, pero en vista de no tener otra alternativa, se decidió por tenerle paciencia y tolerar lo que se viniera, con una navaja se limpiaba las uñas y esperaba que la señal se diera.

 Dieron las ocho y una luz se encendió en el lugar donde estaba Joe, era la señal esperada, Bass y Mod se pusieron en posición, y el ruido del gran camión se escuchó a lo lejos, justo como lo planearon.

En el grupo la adrenalina se dejó sentir, Bass y Mod esperaron el momento justo, en la gaceta, la guardia se comenzaba a acomodar en su puesto.

Uno de los dos policías que ocupaban la garita  con cara de sueño encendía la televisión, mientras que otro buscaban los conos y señales, en ese horario pasaban una serie muy popular, así que una vez que el otro hubo colocados las señales se sentaron a verla la televisión, mientras daban tiempo de ponerse en la carretera, conocían la zona y ya era oscuro, a esa hora pocos vehículos se aventuraban a pasar la Vía del Diablo, desde que sucedió lo de la Sra. Phelps y los piratas de la carretera.


III

El Capitán David Gleeson, se encontraba en la ciudad exponiendo su caso, no le gustaba llegar hasta acá; sin embargo las circunstancias lo ameritaban, este hecho estaba fuera de control, la noticia de piratas de carretera se corrió como pólvora, todos los habitantes de la localidad comentaban el suceso, a él nunca le gusto quedar como inoperante; así que se puso a trabajar tiempo extra en este caso, en el momento que se encontraba ya los altos jefes pidieron un reporte y al ser él el que más nutrido estaba en el caso, fue el encargado de llevar la encomienda.

La ciudad de Perth era bastante grande, se encontraba a orillas del río Swan, era muy moderna con un puerto de gran espectacularidad según pudo precisar Gleeson, mientras viajaba a su lugar de reunión, sus luces enmarcaban toda la vista, quiso acudir al mismo sitio donde se alojó la última vez, y por el mismo problema.

 David Gleeson era un hombre de estatura media, ojos azules y pelo castaño, era padre de dos individuos y un empleo, a su parecer, mediocre, siempre quiso un puesto  mayor.

El hotel al que llegó de estilo modesto era suficiente para albergarlo por esta noche. Arregló todo lo respectivo al alquiler de la habitación, subió a la misma, tomó un baño y se quedo con un slip negro, encendió la televisión, puso la misma serie que veían a varios kilómetros los policías de relevo de la casucha en la Vía del  Diablo. 

Joe se encontraba bastante nervioso cuando dio la señal, la linterna sólo alumbró por pocos momentos; porque luego cayó al suelo y junto con ella Joe caía en la arena después de lanzar un grito, su cuerpo se contorsionaba producto de un ataque severo de epilepsia, su espalda se arqueo y su respiración se detuvo, los espasmos continuaron hasta dejar sin vida el delgado cuerpo de Joe, sólo un movimiento en la ramas donde se encontraba indicaba que algo pasaba, hasta la caseta llegó el grito de Joe por encontrarse más cerca que los demás piratas de carreteras. Uno de los vigilantes se asomó pero pensó que era algún perro de las cercanías. 

Bass, al igual que Mod, se bajaron su pasamontañas con grandes gafas, para cubrirse la cara, encendieron la moto y se fueron a perseguir al camión con el cargamento sorpresa, el ruido de las motos alertó al conductor que se imaginó lo que sucedería a continuación, pero ya era demasiado tarde, pronto sería atacado, se dijo que nos los dejaría que fuera tan fácil, lucharía hasta final, llevaba demasiado en juego como para dejarse atrapar tan fácilmente.

Las motos se colocaron una a cada lado del camión, momento en que Bass saltó dejando que la moto se deslizara por la carretera, una vez montado en los laterales del camión, sacó un hierro con el que se disponía a romper en vidrio, el ruido que se produjo quedo mudo en la noche, por su parte Mod  hizo lo propio y se colocó apuntando al conductor, Bass aprovechó para meterse y quedo sentado al lado del guía apuntándolo y pidiendo que se detuviera.

Al ver pasar el camión, el Brujo y Adams salieron a toda velocidad, todo, a pesar del pesimismo de la tarde, iba saliendo según lo planeado, se colocaron los pasamontañas y sacaron las pistolas, se colocaron al lado del camión, desde donde ellos estaban se podía ver a Mod sostenido de la puertezuela del camión, tratando apuntar al conductor, a Bass no podían verlo, sin embargo, la actitud de Mod llevaba a pensar que ya para ese entonces Bass estaría dentro poniendo en orden las cosas.

En el camión Bass y el conductor se enfrascaron en una lucha al negarse este último a parar el camión, todo termino con un disparo que atravesó el camión, al sonido de este, todos se alarmaron y el camión hizo un extraño y volteo lanzando a Mod fuera del camino, el automotor rodó por toda la carretera hasta dar con un grupo de arbustos que se hallaban allí, parando el camión en su rodada.

 Mod afortunadamente también quedo tirado en unos arbustos cercanos. Bass tardó cierto tiempo en recuperarse, el conductor yacía desmallado con abundante sangre en la cabeza. Los cuatro delincuentes no tenían tiempo que perder debían recoger la mercancía.

El Brujo estacionó el auto, se bajó, corrió a la cabina del camión, más ya Bass salía de la misma, el Brujo miró que el camión en su rodada largó unas de las puertas, corrió a ver la mercancía; no obstante, para su sorpresa estaba totalmente vació, Bass llegó poco después y se oyó su grito maldición. Adams aún estaba en la camioneta.
-No puede ser que no tenga nada, que burla es ésta- abría dicho Bass, no terminó aún de decir la última palabra, cuando advirtió al conductor parado con una escopeta apuntalándolos y segundos después la gran detonación que tuvo impacto en la cabeza de Adams en la camioneta esparciendo parte de sus sesos en el vidrio de vehiculo. Bass se volteó y también accionó su pistola dando en la humanidad del camionero, tres tiros fueron suficientes para hacer caer al suelo al grandulón.

El Brujo salió gritando y tomó el cuerpo de su hermano llorando con desesperación, Bass tenía las manos en la cabeza mientras observaba como en un instante Adams estaba muerto. Luego oyó a una patrulla que hacía sonar sus sirenas, corrió hasta el Brujo que lloraba sin consuelo. Mod ya recuperado llegó a la escena, Bass le dijo que se subiera al auto, no podía entender que sucedía, pero sabía que Adams estaba muerto.

Debían aún buscar a Joe; así que manejaron al lugar donde éste se encontraba, al momento de su llegada se percataron que también éste estaba muerto. Mod lo montó en la camioneta y se salieron de la carretera para pasar por la maleza, la patrulla estaba relativamente cerca de ellos y al igual que estos se metieron por el desierto.

La banda llevaba más ventaja por ser un vehiculo más apropiado para ese tipo de terreno. Todos  llegaron a la gasolinera de Joe con la ventaja de haberse separado un poco de la policía.

Para sorpresa de todos Bass paro allí y le arrancó el cuerpo de Adams al Brujo.
-¿Qué haces maldita basura?- gritó el Brujo
Cálmate!  Yo sé lo que hago-  Respondió Bass en tono muy frió.

Tomo el cuerpo de Adams y lo puso en la entrada de la torre, luego tomó el cuerpo de Joe y lo colocó muy cerca de la ventana, pidió a Mod que lo sostuviera y con la pistola apuntó a su cabeza, disparó haciendo estallar su cabeza, todos gritaban ante la locura de Bass, a lo lejos se escuchó de nuevo el carro de la policía. Se embarcaron en la camioneta y salieron veloces perdiéndose en la planicie.

Los policías llegaron a la gasolinera y vieron los dos cuerpos de los dos sujetos, inmediatamente reconocieron al Joe y a su amigo Adams.
-¡Esos mal nacidos! Mataron a Joe y a Adams, llama a una ambulancia.-  Dijo el policía con gran dolor.

Poco tiempo después todo el sitio se llenó de carros de la policía y de ambulancias rodeando la gasolinera. No podían dar crédito a lo que veían, esta vez los Piratas de la Carretera  sobrepasaron todos sus limites, tres muertos era el saldo de esta extraña noche.

A kilómetros, el capitán Gleeson estaba durmiendo cuando escuchó el teléfono sonar, lo tomó, recibió todo el reporte sin poder creerlo, estaba poniéndose la ropa mientras hablaba, nada tenía sentido:- ¿Por qué mataron a  Joe y a su amigo Adams? ¿Dónde estaban ellos?- maldijo y se terminó de vestir, tomó las llaves del auto y se precipitó para llegar lo más temprano posible, no le gustaba partir sin hacer lo que vino a hacer, pero la premura lo ameritaba, encontrarse tan lejos  era preocupante.

Una vez vestido todavía en el Hotel volvió a llamar al agente Jay Healy, éste con la calma que lo caracteriza le explicó con detalle todo lo acontecido. Gleeson, lo pensó mejor y se sentó en la cama, debía calmarse, este estado de angustia otras veces lo atacó, esa idea de estar donde sea a todo a hora, se tomó un vaso de agua y le dio instrucciones a Jay, éste era un joven que el departamento le impuso, todo lo trataba con una parsimonia que enervaba a David, aunque ya estaba montado en los treinta conservaba una actitud muy juvenil, se vestía con suéter y franelas, era algo distraído, parecía un galancito, cejas poblada y pelo negro que combinaba con una barba a medio poblar, para David nunca iba a llegar a ninguna parte si seguía con esa aptitud.

El informe de Jay no era muy extenso, así que era  poco claro la imagen que tenía David en su cabeza de la tragedia en el sitio, veía los sesos de Joe y Adams por todos lados, tendría que ir a visitar a la madre de Joe, no podía estar peor y para colmo no atrapó a ninguno de los integrantes de la banda, -ese Makey se estaba volviendo muy esquivo- pensó.

Nadie le quitaba la corazonada de que él y su banda perpetraran los robos, eran propietarios de autos muy veloces, más de una vez los han visto a correr como locos en esa misma carretera, su negocio de drogas era conocidos por todos, pero esto era nuevo para todo el grupo.

Después estuvo pensando en Joe, el dueño de la gasolinera, era un joven muy enfermo, lo conoció desde que era pequeño, algunas veces su mamá lo llevaba de visita hasta su casa, luego comenzó a frecuentar a ese joven llamado Adams y su reputación se fue por la borda, desde jóvenes estaban metidos en robos, posesión de estupefacientes y otras series de  fechoría, aunque claro, todas menores, sin embargo, ahora los dos estaban muertos, esto seguramente le traería muchos problemas, si bien, no era muy buenos tenían numerosos amigos… al termino de este último pensamiento, se sentó de súbito en la cama y exclamó:
-¡Mierda, Bass!, esto es la guerra- se paró y llamó de nuevo a Jay, era la tercera vez que nerviosamente hablaba con él, mientras marcaba, pensó  que debería estar a primera hora en la reunión que lo trajo aquí y luego partiría a Albany, debía también evitar cualquier derramamiento de sangre. Habló con Jay pidiendo estuviera muy al pendiente de Bass y su ya mermada banda, seguro tomaría represaría contra quien hubiese matado a sus dos amigos. Su impaciencia crecía y se preguntaba cómo demonios sucedería todo. Se desvistió otra vez y tomó una ducha para calmarse, el agua siempre le habría traído efectos traquilizantes.



VI

Para los de la banda las cosas estaban tensas, tendrían que manejar hasta el pueblo más cercano, lo hicieron toda la noche sin atreverse a hablar entre ninguno, el Brujo ya se notaba más calmado, todos tres pensaban en lo sucedido, Bass se acordaba como conoció a esos dos, aunque el Brujo llevaba tiempo con él nunca estaba con su hermano, éste era muy joven. Cuando fue mayor se les unió de inmediato a la banda De pequeño contaba con este amigo, Joe los cuales eran inseparables, y ahora… estaban muertos.

Bass que conducía pegó un puñetazo contra el volante y esputó:
-No puede ser, ¿Cómo saldremos de ésta? Debemos tener un plan que nos libere de toda culpa.
-Creo que lo primero que haremos es deshacernos de la camioneta y luego llegar como si no sabemos nada y ya veremos- respondió Mod, sentado en la parte más próxima a la puerta, el Brujo no decía nada, la muerte de Adams le proporcionó un duro golpe.

Llegaron a un desfiladero y lanzaron la camioneta junto a la chaquetas, se sentaron a mirar como ésta se hundía poco a poco, ahí quedaba sus días como salteadores, quedaron sentados a esperar; la mañana empezaba trayendo esta vez una música nunca escuchada por ellos.

Al salir el sol, el Brujo tuvo otro ataque y lloraba desconsoladamente, Mod y Bass con los ojos también empapados, poco podían hacer, sólo esperar que se calmará, luego se fueron a una estación y tomaron un autobús hasta Albany, estarían ahí a primeras horas de la mañana. Mod estaba visiblemente nervioso, Bass lo tomaba mucho mejor y John “el Brujo” se quedo dormido durante el viaje, lo que fue un alivio para Bass.

Avanzada la mañana, tenía de regreso al Capitán David en Albany, se puso en contacto con Jay y procedió a ir a los lugares de la tragedia.

Al llegar allí notó que era evidente que los asaltantes en la huida encontraron los dos jóvenes e hicieron fuego contra ellos, seguramente porque temían que los conocieran, era la hipótesis que se manejaba, una vez rodeado todo el lugar y tomado las muestras pertinentes, fueron hasta el lugar donde se hallaban los cadáveres de los dos jóvenes.

En la morgue  el escenario era como lo esperaban, sentados en la entrada los familiares de los dos chicos, el capitán fue directamente a donde se encontraba la madre de Adams y la de Joe, las abrazó al igual que al Brujo que estaba a su lado, y dijo:
 -Juro que no descansare hasta encontrar los delincuentes que hicieron esta barbaridad- luego estuvo sentado un buen rato con todos y se retiró. Al salir de la morgue vio a Bass y Mod entre los árboles que rodeaban el edificio, era indiscutible lo afectado que estaban, decidió hablar con ellos. Pero en especial con Bass.
-Siento lo de tus amigos, pero me gustaría que pasaras por el centro por estos días, existen muchos cabos que atar en este caso y esperamos dar con los culpables, sabes que no hay crimen perfecto y éste no será la excepción- Hablar con estos tipos siempre les molestaba, así que esperaba hablar rápido y largarse, pero Bass lo tomó del brazo y le preguntó.
- ¿Sabes quién lo hizo, capitanucho? Nosotros no hemos sido muy amigos durante los últimos año; sin embargo, me gustaría que me mantuviera al tanto, yo prometo colaborar en todo, pero necesitamos los nombres, me entiendes- dijo esto y se quedo viendo al capital muy intensamente.
- No conocemos nada aún - respondió el capitán, algo nervioso -pero ten seguro que sí encontramos alguna prueba, tú serás el primero en conocer los nombres- luego hizo una pausa- espero… que no trames ninguna locura, te conozco Bass, has estado en la cárcel muchas veces desde que llegaste aquí y no quisiera que ese se convirtiera en tu próximo hogar.
-¿Es una amenaza?- preguntó Bass.
-Tómalo como quieras, te estaré vigilando- dijo esto y se fue junto con Jay, se montó en su auto y salió del lugar.

Ya en el auto habló con Jay. Le decía que con lo mal que se encontraba con todo esto, ahora tendría que enviar un reporte a la ciudad.

En la mañana debido a lo descompuestos de los cuerpos se realizó los actos mortuorios, el ambiente era muy incomodo para todos, el Brujo lloraba junto a su madre, muy seguido por Bass y Mod, un grupo más grande se hallaba detrás de ellos y muy alejados estaban Jay Healy, el Capitán David Gleeson, su esposa y su dos hijos. Luego esparcidos por todas partes curiosos y amigos de los difuntos, los actos se llevaron con solemnidad, pero al ir a bajar la tumba, salió todo mugriento y visiblemente desmoronado Salvaje, se hecho en el suelo gritando:
-Yo se quién lo hizo, yo lo sé, yo lo sé- mientras se contorsionaba en el suelo, Bass salió corriendo y lo tomó del brazo, lo sacó a todo a toda prisa, Mod lo siguió y lo llevaron a un sitio apartado.
-¿Qué dices Salvaje? ¿Sabes quién lo hizo? ¿Sabes quién mato a Joe?, si es así tienes que decírmelo, no puedes ocultármelo- Le preguntaba Bass, en tono desafiante, el Capitán llegó por detrás y detuvo la escena al notar de Bass cierto estado de irritación, al verlo Bass se puso nervioso no sabía que en el entierro estaba el Capitán y su esposa
-Ya basta Bass- tomó a Salvaje y lo separó de Bass- es la segunda vez que nos vemos hoy y no seguiste mis consejos.
-El sabe quién lo hizo y nos lo va a decir- le gritó Bass.
-Fue la banda de Makey- dijo en voz baja Salvaje, Bass lo quedo viendo con cara de satisfacción, dio media vuelta junto con Mod, montaron en sus motos y partieron a toda velocidad.

El Capitán llamó por el teléfono móvil pidiendo que Makey fuera detenido como principal sospechosos por la muerte de Joe y Adams, más que todo,  para evitar un enfrentamiento. De inmediato se despidió de todos y condujo junto con Jay hasta el centro de policías.

Mod y Bass recogieron al Brujo, que se subió a la moto de Mod y se dirigieron hasta el trailer hogar de Bass, al llegar abrieron unas cervezas y se sentaron en el frente del vehiculo.
-¿Tú crees que nos descubran?- Preguntó Mod a Bass.
-Ese bobo de Salvaje, -respondió Bass- nos esta haciendo un favor, la policía nunca sospechará de nosotros, no saben como sucedieron las cosas, no es posible que nosotros hallamos disparado contra Joe y Adams, le echaran la culpa Makey y a su banda y ahí terminará todo, debemos ponernos de acuerdo con lo que estábamos haciendo para no levantar sospechas, también tenemos que crear cierta tensión con la banda de Makey, claro no exagerar y todo pasará, ya veras.

Pero para Bass, el Capitán Gleeson representaba un dolor de cabeza, era muy astuto y seguro llegaría hasta el fondo de todo esto, tenía que hallar la forma de poder tener algo en contra de él, ese día tomaron hasta muy tarde y quedaron esparcidos por todo el lugar completamente drogados.

Bass al levantarse encontró al Brujo de nuevo llorando viendo la piedra, con la que años atrás intentó ahogarse, ésta seguía hasta con partes de los hilos de la soga con que fue atada.
-No sé que pueda decirte que te consuele, los cincos sabíamos en que nos metíamos cuando planeamos cada paso, lo hacíamos a sabiendas que algo podría salir mal y que posiblemente nos llegaría hasta la cárcel e incluso la muerte; así que nada tienes que culparte, ha podido ser cualquiera de nosotros, siento que le halla tocado a él y a Joe.- Bass decía esto mientras encendía un cigarrillo, se lo dio al Brujo, luego encendió otro para él, la quietud de la noche traía consigo mosquitos y otros insectos que revoloteaban alrededor de una lámpara a los lejos se oyó en aullar de un canido. Era impresionante lo grande de la llanura y ellos allí en medio de la nada se veía metafórico. 

Mod también se levanto y preparó otro puro, veía a los dos amigos hablando y no quería escuchar que decían, todo era dolor de ese fallido golpe, encendió  una radio que tenía al lado y cambió hasta encontrar una música de su agrado, cualquier cosa que le hiciera olvidar todo este infame capitulo.