8. Vientos de Guerra


8. Vientos de  Guerra.



Cambiados de taller las cosas fueron mejor para el grupo, los trabajos no dejaban de presentarse, por ello tuvieron que contratar dos mecánicos más, el Brujo se ocupó de la parte administrativa y en menos de dos semanas tenían todo un establecimiento muy prospero, Mod también le gustó su nuevo cargo con dos empleados a su disposición, con la novedad del taller todos terminaban en las noches hablando hasta muy tarde en el tráiler de Bass.

El Brujo también se ocupó del tráiler de Bass contrató maquinaria y lo limpió, eliminó todo el taller, botó todo los desperdicios, claro sin meterse adentro, la cual era intocable, así que quedo diferente, muy limpio, por lo menos con mejor vista, un lugar digno para el gerente del taller.  Todos aparéntemente  estaban bien, excepto Bass, su depresión y mal humor no bajaban para nada, no quería hablar del nuevo taller, para él su única prioridad aparente era el robo a realizar, así que ocupaba gran parte del tiempo en vigilar los movimientos de las dos principales bandas, el Brujo a veces lo acompañaba.

Una tarde en que acompañaba a Bass, se detuvieron cerca de la residencia de Gleeson, cosa que extrañó a John no entendía que hacían ahí, estuvieron sentados en un banco cierto tiempo, para John esto era todo un misterio. Gleeson había dejado de molestarlo, su investigación estaba centrada en la bandas de norte y del sur, esto le perecía a él más bien una imprudencia, el estar aquí podía poner en sospechas al capitán y así se lo hizo saber a Bass.
-No podemos estar aquí, esto es una estupidez, podrían traer comentarios que nada no beneficiaria- pero tan sólo recibió una respuesta seca de Bass.
- Hass, son paranoias tuyas, estaremos aquí y punto, si no quieres estar te puedes ir- pero el Brujo se quedo, su curiosidad estaba al máximo además también quería acompañar a Bass, aunque nunca lo dijera le agradaba la franqueza de Bass, sobre todo su agudeza de mente, si algo hacia aquí, tendría que ser importante.

 Siguieron sentados en el banco, hasta que llegó un carro, en él un joven y una chica, por lo juntos que iban se notaban que eran novios, Bass agudizó su vista, reconoció la antigua novia de Nathan.
-No era posible, habrían vuelto como novios- pensó, mas únicamente estuvieron cierto tiempo y luego se marcharon, el otro, pensó, verlo visto en alguna parte – ¿Pero dónde? – Buscó en su mente, se había olvidado por completo que estaba con el Brujo, hasta que dijo –Nos vamos- ya empezaba a anochecer.

De camino al tráiler el humor de Bass pasó de morado oscuro a negro, su mente no dejó de pensar en el joven que había visto -¿Dónde?- cuando hubieron llegado ya Mod encendía una parrilla debajo del gran árbol, estaba los de siempre, el primo de Joe, Kim, la que estaba de nuevo con Bass y ahora los dos nuevos ayudantes, uno de edad avanzada y otro que tendría como veinticuatro años, este último usaba cabello largo, pero a nadie en el grupo agradaba a no ser por sus conocimiento en mecánica.

Bass llegó y sentó apartado del grupo. Oportunidad que aprovecho el Brujo para preguntarle a Mod por la extraña visita.
-¿Sabes que hace Bass, rondando la casa de Gleeson?
-No lo sé, pero ha ido varias veces- contestó Mod.
- Crees que algo trama, su depresión ha aumentado. Cuando estábamos allí llegó un joven y una chica, el joven traía un tatuaje de aros olímpicos en su cadera.
-Sé quién es, - dijo Mod- Darren Phelps, seguro visitaba a Nathan Gleeson, su hijo, he sabido que él ira mañana al polideportivo como juez de unas competencias, seguramente yo también  iré- Al igual que Bass el Brujo se quedo sorprendido del conocimiento de Mod en natación, nunca hablaba más que de carro y resulta que sigue las nataciones.
- ¿Nataciones dijiste?, y ¿Desde cuándo tú vas a eso?
-Siempre lo he hecho, alguna vez fui con Bass, es amigo de Nathan
- ¡Quuéee! -  Despertó en un mundo irreal, Bass amigo de Nathan Gleeson, el campeón mundial de natación,  Mod fanático de ese deporte, ¿Qué más le esperaba?, de donde estaba Bass se escuchó el nombre de -Darren Phelps-, todos voltearon y Bass se puso colorado, estaba buscando en su cabeza el nombre del personaje y precisamente lo encontró, reaccionando de esa forma, todos rieron y Mod, le dijo a manera de información.
-Sí, era él, mañana tendrá una competencia en el polideportivo de la ciudad, tu amigo también estará allí. ¿Quizás quieras que vallemos?
-Claro- dijo Bass sin más. Luego  volvió a caer en su meditación pero ahora que sabía el nombre de Darren, su mal humor aumentaba. Al final de esa noche quisieron salir en sus motos por la gran Vía hasta el faro en donde encendieron su acostumbrada fogata. 

Temprano, en la mañana del día siguiente, estaba Bass en el taller esperando a Mod, todos al ir llegando se asombraron al ver a Bass allí, éste aún estaba pensativo, mientras revisaba los autos tiraba las herramientas, al fin llegó Mod y los tres salieron al polideportivo porque, al final, el Brujo también se les unió, tenía una gran curiosidad por saber de qué demonios se trataba todo esto.

Al llegar la presencia de los tres sujetos paso desapercibida esta vez tuvieron que sentarse en las gradas normales, las competencias empezaron e hicieron las presentación de los jueces entre ellos se encontraba como invitado especial Nathan Gleeson, ataviado de traje, ya casi recuperado del todo, las personas en la tribuna aplaudieron a su héroe local, dentro de las gradas también se localizaba los agentes Jay y David Gleeson, estaban sentado muy cerca de Bass y su grupo, les extraño ver personajes tan singulares allí, decidieron llegar hasta ellos en equis momento que la competencia hizo un receso.

- No sabía que les gustaba estas cosas- Dijo Gleeson al grupo de Bass.
- La vida es una caja de sorpresas - respondió Bass de mala gana- ¿Ya detuvo  los piratas de la carretera? – a Bass les gustaba molestar al capitán con este particular.
-No, pero estamos muy cerca de ellos, sólo esperamos un nuevo ataque y serán nuestro, tengo la sospecha que tuvieron que ver con los golpes a mi hijo- luego se despidió de ellos y se sentó de nuevo en su puesto. El Brujo preguntó con extrañeza de que les acusara de los golpes a Nathan.
-¿A qué golpes se refiere el Capitán?
Mod hizo una mueca como ¿Valla? Y les respondió- ¿En qué mundo vives? el hijo de Gleeson estuvo varias semanas en el hospital producto de una golpiza dada por algunos sujetos, algunos dicen que fue una amenaza de una de las bandas para que se metiera en sus asuntos, todos culpan a Makey. – Bass hizo una mueca de risa, le hacía gracia que se dijera eso.

Después de toda la mañana terminó la competencia Mod y el Brujo montaron en el carro de este último, Bass se quedó rezagado y ellos no lo vieron más, se quedo juntó al carro de Nathan, luego de un tiempo Nathan salió del polideportivo, se montó en su auto y salió sin percatarse que una moto lo seguía, paro el carro en el estacionamiento muy cercano a su casa.

Allí lo vio recostado de banco donde lo conoció, llevaba una chaqueta de jeans y su sombrero, hasta él se llegó Nathan.
-¿Qué haces allí?
- Te esperaba- se sentó, y le hizo con la mano una señal para que él también se sentará, Nathan lo pensó luego se sentó a su lado, quedaron sentados allí, ninguno quería hablar, una brisa fresca venia del mar, fue Bass el primero que habló.
- Sé que no me creerás, pero te extrañe mucho. ¿Cómo te ha ido?- Nathan efectivamente no podía creer lo que oía.
-¿Cómo diablos crees que me ha ido? Me drogaste y golpeaste ¿No lo recuerdas? Quisiste matarme y ahora no veo como representas aquí sin más, no tienes sentido del juicio - en ese instante los ojos de Nathan se llenaron de lagrimas- estás loco, y yo más por hablar contigo- Se levantó para irse, Bass lo tomó de la mano se paró y allí mismo lo besó, Nathan quedó estático, Bass tampoco sabía qué hacer, primero fue un besó suave, al notar que Nathan no lo separaba fue aumentando la intensidad del beso, poco a poco fue metiendo la lengua, después de un rato se separaron. Bass se montó en su moto se puso sus lentes y le dijo.
-¿Olvidado todo? ¿Empezamos de nuevo? Perdóname lo que te hice. Te veré después.

Bass se fue dejando a Nathan allí, quién  luego se sentó sin saber que había pasado, dejó que después lo que había pasado Bass lo besará y ¿Qué significaba ese beso?, esa misma pregunta se hacía Bass mientras iba en su moto hacía el taller. ¿Por qué lo besé?  ¿Qué significaba ese maldito beso?, lo que comenzó como parte del plan se estaba saliendo de control, no quería pensar, pero lo que era cierto que ese beso le devolvió la alegría perdida hace días, no se le antojaba pensar, sólo de dejaba llevar, luego pensaría.

Cuando llegó al taller todos notaron el cambio de Bass, como por arte de magia su mal humor había desaparecido, llegó bromeando con todos, inclusive puso música, subiendo el volumen al pasar beautiful day de la banda U2, cantaba mientras arreglaba el bloque del motor de un auto.  

Darren Phelps encontró a Nathan aún sentado en el banco sin moverse, llegó con la algarabía de siempre, pero Nathan no tenía muchas ganas de hablar así lo entendía Darren y se sentó a su lado […]
-Se que recientemente somos amigos y nunca habíamos tenido oportunidad de hablar; sin embargo, creo que tendrías que sincerarte conmigo y decir ¿Qué te pasa?, dime el porqué de un momento a otro te volviste callado, me dolería saber que mi noviazgo con Yelena tenga que ver en eso.
-No, no te preocupes- dijo Nathan soltando una pequeña risa- he estado un poco triste es todo, pero si te digo la verdad, desde hace mucho tiempo mi relación con ella estaba deteriorada y era hora que ambos buscáramos algo nuevo. Para que te olvides de eso, por qué no salimos una de estas noches a la ciudad y me ayudas en ese particular, también aprovecho para presentarte a mis amigos y amigas, nos reunimos algunas veces allá en la ciudad de Perth- Nathan necesitaba pensar, olvidarse de que quizás estuviese enamorado de Bass, esperaba con un nuevo amor su confusión pasará.
-Me parece estupendo- dijo Darren Phelps. 
 
   
Para Makey las cosas no iban tan “beautiful day” como para Bass, su negocio  pasaba por un momento crítico, con la quema del galpón se había carbonizado gran parte de su ganancia; así que tenía que adelantar el cargamento traído de Suramérica lo más pronto posible, para ello él contaba con una red que llegaba hasta la ciudad de Perth, mafiosos de cuello blanco, pero a veces como ahora tenía que trasladarse hasta ese punto, sus negocios se lo exigían,  iría con  su mano derecha un tipo de gran tamaño con cara de pocos amigos a quien todos llamaban Bull, éste siempre lo acompañaba sobre todo cuando iba a entrevistases con sus socios en Perth.

Este dato lo manejaban muy bien el grupo de Bass, la adicción de Bull a mujeres jóvenes era conocido por todos, y era allí donde Bass poseía su mayor punto estratégico, una joven a la que Bull frecuentaba se convertía en su confidente por poco dinero, esa tarde que se enlistaba para el viaje, Bull  hizo una visita a su amiga y contó éste sobre sus negocios y ella como era lo convenido contó a Bass, tenía que enterarse el sitio exacto de la entrega y donde vendría, esa noche montaron guardia en la “carretera” del Diablo, sitio por donde seguramente pasarían.

En el sitio de observación Bass y el Brujo esperaban la salida de Makey, seguro regresarían esa misma noche y tendrían que estar alerta a cualquier cambio de seña, allí sentado el Brujo preguntaba a Bass que hacía sí las dos bandas se echaban la culpa mutuamente.
-Ya lo veremos, tenemos que esperar ese momento, nos no adelantemos, a nosotros no podría afectarnos de ninguna forma, sacaremos una buena tajada de todo a costilla de nuestros amigos, lo único que tenemos que hacer es preocuparnos por el policía Gleeson y ya eso está a punto de acabar.
-¿Piensas matarlo?- Preguntó el Brujo mientras veía la carretera con unos binoculares desde la loma donde se escondieron para hacer la vigilancia.
-¿Cómo? Claro que no, tengo para él algo, digamos que,  mejor.- Lo dijo riéndose para sí.
-No te entiendo- al momento de decir esto pasó la camioneta de Makey, lo que cortó la conversación, ahora restaba esperar que regresarán, al igual que Bass la joven Cindy esperaba también que el grandullón regresará, necesitaba el dinero ofrecido por Bass, por la información dada.

Ella lo veía como un gran negocio, aunque acostarse con el gigante calvo no era ninguna barata, sus manías eran muy raras, se vestía en cuero, con su calva, su barba y su gran cuerpo peludo, metía miedo, las primeras veces ella se asustó muchísimo, esperaba que la golpeara uno de estos días, pero eso nunca sucedía afortunadamente.  

Todo estaba listo, la informante resultó excelentemente, el cargamento entraría en Albany dentro de tres días, sólo faltaba un plan anexo si algo salía mal. El salir de la ciudad no era alternativa, con el golpe donde murió Joe y Adams, ese cartucho había sido gastado, pero ya se ocuparían de eso, había que revisar las armas, esta vez no sería tan fácil, tendrían que secuestrar a los sujetos que trasladaban la mercancía y llevarlo a un lugar donde pudieran bajar la droga, contaban con sólo cuatro, nada más que esta vez por el nuevo punto de vigilancia tendrían que actuar más cercano a la ciudad.
A pesar de faltar tres días la pesadumbre se hizo innegable en todos los del grupo de Bass, el primo de Joe, estaba realmente nervioso, era su primer golpe y esperaba no defraudarlos, al igual que Joe guardó lo que necesitaban para el robo, le gustaba las mascara de pirata, tenían pelo por los dos lados lo que las hacía más graciosas,  esa tarde se reunirían en la gasolinera, compró cervezas suficiente y dio la tarde libre a Salvaje, quién aún resentía la muerte de Joe, se abrió una cerveza y se sentó cerca de la distribuidora de gasolina, a esperarlos.

A los lejos vio la nube de polvo en la carretera, primero la moto de Bass, junto a la de Mod y en su carro venia el Brujo, las motos venían haciendo zigzag mientras que el carro se mantenía sereno, al mismo tiempo que la carretera se llenaba de arena y espejismos de agua. Esta imagen, por lo nervioso que se encontraba, seguro quedaría en su mente para siempre. Los tambores sonaron de alguna parte.

Cuando llegaron se sentaron alrededor del carro del Brujo, como lo habían hecho la tarde del accidente, abrieron todos una cerveza, Bass vació una en el suelo por los que no estaban, encendieron la música y se pusieron a conversar lo respectivo el hurto.

 Se veían mucho más relajados que la última vez, pareciera que dos robos era lo necesario para olvidar lo pasado, el Brujo repartió las funciones a todos, el primo de Joe no quedo muy contento con esto, ya que a él solo le tocó una pequeña parte del robo, él vigilaría y luego ayudaría a bajar la mercancía, quería participar plenamente en el robo, se autoproclamo un tipo con  sangre fría, a lo que Bass respondió:
-Eso ya lo veremos, para sucesivos hurtos, ya abra tiempo, no quiero que el incidente de Joe y Adams se repita, los necesito vivos a todos.

    La noche, de nuevo, los dejo sordo por el ruido de su estrepitoso golpeteo, no pudieron seguir hablando si no que tuvieron que sentir el aterciopelado atardecer que los envolvía y el silencio se hizo constante en toda la sabana, preludio a dos días angustiantes que le esperaba enfrentar a la banda.

Por su parte, Makey, estaba inquieto esto días, tuvo que hacer un alto a su vida cotidiana, a diferencia del Inglesito no vivía en una gran mansión, si no al contrario se alojaba en uno de sus galpones, en una especie de oficina ubicada en la parte de arriba de éste, no era dado a los lujos, su cuarto parecía más bien un cuartito de depósito que oficina, desde allí operaba el negocio y recibía las visitas. El día anterior a que llegará el cargamento estaba hablando con Bull, su plática giraba al hecho de no entender el objetivo del Inglesito, por supuesto, su conversación era más un monologo que otra cosa, ya que el gran Bull no era hombre de muchas palabras, su oficio era descuartizar, más que tener cualquier inquietud intelectual, Makey a veces le gustaba poner sus ideas claras con él, era como hablar con su ángel, nunca decía una palabra simplemente escuchaba.

Corrió uno de los vigilantes, al verlo llegar Makey se puso de pie, el guardián tocó la puerta y entró.
- Señor, ahí está el Inglesito, quiere hablar con usted- preguntó a un Makey totalmente sorprendido.
- Tiene que tener agallas para después de quemar mi galpón; aparecerse aquí,  hazlo pasar ya veremos que quiere ese hijo de perra- tiempo después entró el Inglesito, vestía pantalón de pinzas, una camisa azul, su acostumbrado sombrero y un bastón con un puño de jade, encontró a Makey sentado detrás de una mesita que hacía las veces de escritorio, Bull lo escoltaba tenía las manos abajo para que Hayes no viera la pistola.
- ¿Que quieres aquí infeliz?- dijo Makey con la cara visiblemente alterado
Buenos días Makey!  Veo que tus modales no han mejorado; pero bueno, no es de eso que quiero hablar, me enterado por rumores ¿Qué piensas que yo te quemé el lugar que tenías por acá? y no me gustaría que por rumores se quiebre nuestra vieja amistad.
- ¡Amistad!  Recién me entero de eso, entre usted y yo, nunca ha existido eso, y no son comentarios porque todos saben muy bien que él único que se benefició con eso fue usted y juró que le haré pagar por eso- esputó Makey, levantándose y apuntándolo con el dedo.
-Quizás puede ser así, pero mi estilo nunca ha sido ese y tú lo sabes, se que también me culpas por el desmembramiento de la banda de Bass; pero asimismo te equivocas, ese mequetrefe no tenía la estatura necesaria para considerarlo un enemigo de cuidado, no tendría ninguna razón para hacerle eso. Creo que alguien quiere una guerra entre los tres, bueno entre los dos, porque Bass salió del camino, y así como tú piensas que yo te quemé el galpónucho seguro él estará pensando que tú mataste a mansalva a sus amigos y vez como yo creo que no fuiste tú. Terminó diciendo Hayes.
- Lo de los fantasmas de la carretera seguro que uno de tus ardid para hacer  creer eso, ¿Quién podría vender eso y sacar alguna ganancia, si no tú?, ¡Sabandija asquerosa!- Hayes se paró y Bull sacó la pistola apuntándolo, al ver ésta el Inglesito se echó para atrás.
-No lleguemos a tanto, creo que vamos a dejarlo por ahora así, pero bueno mi visita es sólo para brindarte mi amistad, lo mismo haré con Bass, es todo. –Se levantó y despidió de Makey, que estaba visiblemente alterado. Al abrir la puerta sus guardianes lo esperaban allí, caminó hasta la salida y se montó en su vehículo. Ya en él, dijo al conductor.
-Esperemos lo peor de éste salvaje, no tiene mucho tacto, así que merece todo lo que le pasa, tendremos cuidado- el carro volteó hacía el lado norte de la ciudad. Hayes necesitaba salir del sofocante aire del puerto, su cerebro pensaba ¿Cuál sería el próximo golpe de Makey? con su visita esperaba que él entendiera que no le tenía miedo a la guerra y que lucharía hasta el final, era lógico saber quién ganaría en esto.

Makey también analizaba todo lo que habló con Hayes, se preguntaba: ¿Sería esto una declaración de guerra?, sí era así, daría él el primer golpe. No se quedaría de brazos cruzados mientras esa “rata” avanzaba en su territorio, alzó el teléfono e hizo algunas llamadas, era preferible estar preparado. Sólo le preocupaba lo que podría pensar Bass, con un enemigo era suficiente como para echarse ese otro encima, ya hablaría con él. Se quedo sentado allí y le pidió a Bull que se fuera, necesitaba meditar sobre todo.


II

La salida de Nathan con Darren ayudó a tranquilizarlo un poco, sus amigos hicieron una fiesta donde abundaba las cervezas y las chicas, en un local de música muy agradable, eran de su misma  edad, fumaban, conversaban y bailaban, junto a ellos fue su antigua novia dejando claro que para ellos todo había acabado.

 Darren resultó un joven igual a Nathan, amante de las buenas cosas, pero a diferencia de Nathan tenía algunos negocios, en algún momento de la noche le sugirió a Nathan que empezará los suyos propios, Nathan se reflexionó sobre eso, quizás alga falta algo de eso, así eliminaría de sus cabeza otras cosas que lo que lo inquietaba, toda la noche estuvieron bailando, y ésta terminó en una casa de playa en una zona cercana a la ciudad, todos estaban contentos de ver de nuevo alegre a Nathan, sólo que esta vez se paso de tragos y terminó en un colchoneta afuera de la casa.

Cuando Nathan se levantó miró la casa donde se encontraba, ésta era bastante agradable y ventilada, notó que los demás estaban haciendo una parrilla en la parte trasera de la casa, era una de esas viviendas de madera con una sala central y amplios ventanales de vidrio que daban a la playa, no entró sino que caminó hasta la playa. La brisa fresca le recordó la mañana que amaneció con Bass en el gran cañón, después de pensar esto se dijo que no podía seguir así, hoy mismo tendría que arreglar eso en él, quizás llegaría a su casa.

Su corazón estaba acongojado, su parte pensante quería dejarlo para siempre; su parte involuntaria otra cosa, se sentó en unas piedras cercanas, escuchó una voz a su espalda.
-Entonces no vas a decirme que tienes y porque estás tristes, no puedo estar aquí sin sentir que quizás sea por mí culpa- Darren estaba sentado en la mismas rocas, pero en la parte de abajo por ello Nathan no lo había visto.
-Sigues con eso, no tengo nada te lo juro y me haces feliz que estés aquí con mi ex – respondió Nathan, luego se pararon y fueron a donde estaba los otros.

Al regresar a su casa se puso un suéter marrón con cuello en forma de “V”, se despidió de todos, la tomada le había dado bríos, para enfrenarse con Bass; así que salió rumbo a Albany. Su cabeza reventaría sino lo hacía, era necesario terminar cualquier relación con él. Aunque no estuviera claro en nada, estaba sin cordura alguna,  no sabía si quería terminar con Bass o simplemente volverlo a ver.

 Esperó que pasará el día conduciendo en la ciudad, luego fue directamente al tráiler, le agrado encontrarlo limpio, no estaba ya el taller lleno de refacciones y chatarra, todo el sitio parecía otro, el gran árbol de roble parecía más frondoso, tocó la puerta y se escucharon algunos ruido en la parte de adentro, en seguida Bass salió vestido con una franela negra y pantalones de igual color.
Perdón! ibas a salir- dijo en forma nerviosa Nathan.
-No, pasa- dio Bass, esa noche que tendrían que dar el golpe en la Vía del Diablo, pero los chicos no llegarían hasta muy avanzada la noche, allí la tarde apenas caía. Nathan le propuso hablar fuera, si no le importaba, Bass se río y le dijo de manera intimidante.
-Aún me tienes miedo, te prometo que no voy hacerte nada, puedes confiar en mí- de repente una fina lluvia se dejó sentir, Bass encogió los hombros en señal de que ahora sí tendría que pasar y Nathan no le quedo más que pasar.
-¿Dijiste algo en tú casa de quién había sido él que te golpeo?- comenzó hablando Bass, se sentó en una banqueta cerca de la cocina, Nathan se sentó en el gran sofá.
- No, despreocúpate, no arregló así mis problemas-  respondió Nathan.
- Cuando te desmayaste no supe que hacer y lo único que se me ocurrió fue llevarte al hospital y allí te dejé- se levantó y se sentó en el sofá donde Nathan se encontraba- ¿Y qué quieres?¿Vienes por más?-Nathan se paró nervioso.
-¡Que sensible!- dijo Bass al mismo tiempo que lo tomaba de la mano y lo sentaba junto a él. Lo miró a los ojos muy fijamente y se atrevió a besarlo, Nathan no pudo detenerlo, en ese momento una fina lluvia cayó sobre su mente, aclarando todo, quizás ya no tenía que pensar más, sí de algo estaba seguro en esta vida era que amaba a ese hombre más que nada en el mundo, no importaba como sucedieron las cosas tenía que hacerle caso a su corazón.    

Bass  lo recostó contra el apoyo del mueble y allí continuó besándolo; le quitó el suéter, debajo traía puesta una guarda camisa blanca, Bass también se quitó su franela, le invitó a que se parará y lo llevó a la cama, se quito el resto del pantalón quedando en ropa interior, metió la mano por detrás de la cama y sacó dos esposas de igual color que las primeras, esto asustó a Nathan, quién se paro inmediatamente.
-Haré que no vuelvas a temerme-  dijo Bass y se las colocó en las muñecas, posterior a esto ató ambas manos a la cama, se acostó boca arriba con las manos guindando del espaldar de la cama. Abrió las piernas y mirando al techo dijo:
-Soy todo  tuyo, si quieres puedes hacerme lo mismo que yo te hice, estoy dispuesto a que lo hagas y si quieres matarme, también lo aceptó - Nathan se acercó tomo la llave lo desató; tomó las esposas y se las puso él, quedando atado a la cama en la misma posición que tenía Bass anteriormente.
-Ya no me importa, no te temeré más, no sé que me lleva a estar acostado aquí contigo, eres lo primero en que pienso al despertarme y lo ultimo al acostarme, así que ya nada para mí es importante, más que tú- le dijo.

Bass le retiró los pantalones, comenzó a darle besos empezando por los brazos hasta llegar a los pies. - Eres lo mejor que me ha pasado en la vida – le susurró Bass mientras llegaba profundo de Nathan, cuando terminaron, desató a Nathan y quedaron acostados abrazados, él desnudo y Nathan con franela, interiores y medias blancas.  

Poco después un ruido levantó a Bass, alguien estaba cerca de la casa rodante, se puso los pantalones y se levantó de la cama, Nathan aún dormía, miró por la ventana y fue hasta la cocina, la luz se encendió y acostado en él mueble central halló a Makey, traía unas botas y un chaleco negro.
-Venia acá a decirte, que yo no había tenido que ver con la muerte de tus amigos, pero me he llevado una sorpresa al verte acostado nada menos y nada más que con el hijo del capitán Gleeson. Malos gustos no tienes, aunque no son asuntos míos… te prometo que nadie se enterará de esto, claro – hizo un alto en aquí- si yo y tú no tenemos problemas de ningún tipo, me entiendes. A cierto Capitán no le gustará saber que te tiras a su hijo y mucho menos que lo golpeas hasta la muerte. Te mataría.
-Creo que  me tienes, ¿qué le vamos hacer?, espero que cumplas tu palabra y no me jodas, porque sabes que no me temblará el pulso para matarte antes que el capitán lo haga conmigo. 
-No llegaremos a eso, te lo prometo- Se levantó y luego  marchó dejando a Bass en el trailer, Bass gritó –Maldición- encendió un cigarrillo y se sentó a ver a Nathan dormir mientras pensaba, llegó a la conclusión que quizás fue lo mejor, así él pensaba que lo tenía en sus manos y no sospecharía de él cuando hoy en la noche hicieran el gran asalto. Se fue a la cama encendió un cigarrillo y se abrazó más a Nathan, dándole pequeños besos.   
  
III

Bass se fue hasta faro, lugar de reunión, allí estaban todos reunidos, encendieron su acostumbrada fogata e hicieron su ritual sólo que ahora Bass sacó el extraño instrumento y realizó un extraño baile que todos siguieron muy animadamente, el Brujo era el más sereno, Mod y Bass se drogaban al igual que el primo de Joe, a quién empezaron a llamar “Personas por  la “Bahía dos personas”, no sabía que significaba pero de allí era que venía y por ello su apodo, quedaron muy pasados, se pusieron sus ropas, mascaras y salieron tras su botín.

La carretera estaba más oscura que nunca, tuvieron que meterse por la sabana para no levantar sospechas, el Brujo iba en esta oportunidad con Mod; “personas” con Bass, luego de llegar al sitio señalado se sentaron a esperar, tal como lo tenían planeado apareció las luces del pequeño camión a la distancia, se acomodaron en sus puestos, con pequeñas luces se hacía señales en la noche. 

Los dos tripulantes venían algo enojados, salieron tarde y por ello tuvieron que aguantar los regaños de Makey, además de ello no estaban muy a gusto con traer la mercancía por esta vía, sólo sintieron el pinchazo en el caucho de atrás y sus nervios estallaron, esperaban lo peor, se detuvieron y sacaron sus armas, quedaron inmovilizados en la noche oscura, no vieron nada en la gran sabana, ni un movimiento, luego de cierto tiempo bajaron a cambiar el caucho, uno quedo montado guardia y el otro abrió la parte de atrás para sacar el caucho de repuesto y un gato hidráulico que los ayudará en sus labores, a lo lejos un perro aulló, los puso más alerta, pero aún nada pasaba, así que se concentraron en la tarea que los ocupaba.

Desenroscaron las tuercas y bajaron el caucho pinchado, cuando fue a poner el otro uno de los vigilantes estaba con las manos alzadas y detrás de él, con su brillo metálico, un arma apuntaba a su cabeza, en total eran tres y otro que llegó más tarde en una moto, abrieron la parte de atrás y ataron a los tripulantes, se salieron del camino y llegaron hasta un monte cercano, en el mismo sitio dejaron atados a los dos conductores mientras cargaban con todo lo robado, fueron directamente al lugar arreglado para poner la mercancía, el gran golpe estaba dado, sólo tenían que esperar que las cosas se calmaran para que todo el dinero llegaran a ellos.

A mucha distancia de allí, Makey estaba que reventaba, al pasar el tiempo y no llegar el cargamento montó en su carro, atrás lo seguía otros carros, entre ellos el carro de Bull, pasaron por los puestos de vigilancia y luego por la gasolinera, Personas estaba ya en su puesto, pero al pasar el grupo de Makey entró en pánico, luego se calmó al ver que seguían, adentro en la casilla, escondidos, estaban Mod y el Brujo, quiénes le hicieron señas para que se calmaran. Makey siguió e hicieron todo el camino, el camión en la lejanía les indicó que  habían sido víctima de un atraco, Makey estalló aún más en cólera, pidió a todos los carros que se dispersaran y buscaran por todos lados pero nada encontraron, había pasado más de una hora y los asaltantes podrían estar donde quisieran.

Uno de los carros llegó a la bomba de gasolina, de él se bajó Bull, llamó a Personas y le preguntó si vio pasar a alguien, el hizo la descripción de varios vehículos, pero todos eran de la zona, así que partieron de nuevo, sin nada que los pudiera ayudar. Personas le hacía, a sus dos acompañantes, una señal que todo estaba bien, escondidos en la parte de atrás, ellos se preguntaban sí Bass habría podido llegar hasta el tráiler, escucharon un ruido de varios carros, eran los restantes del grupo Makey que se dirigían a la ciudad. 

Bass pudo llegar hasta su casa, había pasado sólo hora y media fuera del tráiler y esperaba que Nathan no se levantara, así fue, aún estaba acostado, seguramente estaba cansado por la noche anterior, se acostó a su lado, lo abrazó de nuevo y se durmió junto a él, pasado algún tiempo, sonó el busca personas de Nathan, su papá le pedía regresará, las cosas en la ciudad no estaban bien.
-¿Qué pasa?- Le preguntó Bass.
-Volaron el negocio del Inglesito, la policía está registrando toda la ciudad, me pregunta ¿Dónde estoy?, quiere que no salga, pero sí me encuentran aquí nos ira muy mal a los dos, así que tengo que irme, cuídate-  abrazó a Bass y le dio un beso.     
-Eres un hijito de papá- dijo de mala gana Bass, no entendía porque lo retaba para que se quedará, su trabajo con él estaba hecho y ya no lo necesitaba, Nathan igualmente se marchó.

 Una vez que hubo salido Nathan, Bass sacó una cámara filmadora del un pequeño clóset que tenía cercano a la cama. Ya tenía lo que necesitaba pensaba mientras le daba vuelta a la cinta, Gleeson nunca podría hacer nada contra él, no querría que la integridad de su estrella olímpica quedará por el suelo.

Se paró, destapó unas cervezas y vio el pequeño canguro rojo; se reía de acordarse de Nathan colocándose las esposas y poniéndose a su entera disposición, sentía algo de remordimiento por utilizarlo de esa forma, era muy buena persona y hasta un excelente “amiguito”, pero jamás permitiría que un policía mediocre se interpusiera entre lo que llevaba planeado desde hace mucho tiempo. Sintió un dolor en el pecho que no entendió y una sensación de haber perdido algo, se dijo a sí mismo.
-No, No- Mientras movía la cabeza a ambos lados- Lo siento por ti mariquita- guardó la cinta en una gaveta de la mesa de noche.