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9. Mal tiempo
Una mañana algo movida en la estación
de policía, simple arpegio de lo complicado que estaría el día, sólo tuvieron
que hablar con algunas personas y la posible causa por la quema del local del
Inglesito quedo al descubierto, el no ser una ciudad grande tenía sus ventajas.
La posible razón, un robo millonario hecho esa madrugada a Makey, los piratas
de la carretera habían hecho otro ataque, Makey seguramente culpó al Hayes y
toda su casa ardió en llamas. Jay tomaba
las cosas más plácidamente y se reía de la guerra entre distribuidores de
droga, para él qué más daba si se mataban entre ellos.
El robó por supuesto no se declaró, sí no que por el contrario,
Makey se dio a la tarea de hacerse
justicia él mismo, no había muchos cabos que atar, él culpable tendría que ser
una persona que pudiera saber del envió, es decir, que tratará con la mafia al
mismo grado de Makey y además se beneficiará directamente de este robo, el
Inglesito era la única clave, así que no vaciló. En la noche mandó a uno de sus
secuaces con una bomba traída desde el oriente del país, e hizo volar en
pedazos el edificio de ventas de pintura y la casa de Hayes Black.
Gleeson no sabía qué hacer, como medida preventiva, debido a que ésta siempre fue una ciudad tranquila, mando
a llamar a los dos involucrados en el hecho, éstos quedaron en dar una vuelta
en la tarde por la estación, Makey estaba fuera de la ciudad y el Inglesito se
mudaba a otra casa. Así que Gleeson decidió dar otra vuelta por la casa
destruida, mandaría un escuadrón especial que se ocupaba de esta clase de
siniestro, pero una vuelta de parte de él, no estaba demás.
Jay le pidió a Gleeson que se calmará que nada sucedería, sin embargo, el
capitán pensaba lo peor de esta situación mientras revisaba los daños del fuego
que acabó con el negocio de Hayes Black, al igual que él galpón de Makey, no
había la mínima señal de cómo se produjo la explosión, por lo menos a simple
vista, juntó a Jay revisaba algunos escombros buscando alguna señal del inicio
del fuego, en ese preciso momento toda la banda de Makey paso por el frente,
nunca había visto así tan unidas tantas lacras, a la cabeza iba el mismísimo
Makey en su auto, se dirigían a los muelles.
Fue en la tarde que apareció Makey en la estación de policía, muy calmado,
quizás con la serenidad del enloquecido, llegó acompañado de Bull y otros de
sus secuaces. Gleeson lo hizo pasar, le ofreció un café y entró junto con Jay
al cuarto de interrogatorio, Makey se defendió de todas las acusaciones que le
hizo Gleeson, no mostraba intimidación, sentado junto a la mesa reaccionaba de
manera más bien de fastidio, la razón pronto la conocería los detectives, un
teléfono sonó y Gleeson fue a atenderlo,
cuando regreso tenía los ojos colmados de rabia:
- ¡Incendiaste la otra casa de
Black, Sabandija!-
-Cuidado con lo dices Capitancito,
seguramente es que esa personas no revisan sus instalaciones eléctrica lo que
produce cortos, - decía Makey con toda calma y de manera sarcástica- el año pasado tuve que salvar a mi
abuelita del fuego que amenazaba en quemarla viva- y esbozó una pequeña
risa.
-¡Tratas de tomarnos el pelo!-
Jay también perdía la paciencia.
-Ni lo permita Dios, soy muy
respetuoso con la ley- Dijo esto, se paró y preguntó si era necesario
llamar a su abogado. Gleeson dijo que podría irse, -Pero sabremos de ti- Makey se dirigió a la puerta donde lo
esperaban sus dos amigos. Jay trató de calmar al capitán que se encontraba
demasiado molesto por toda a situación.
-¡Qué más da si esos dos se matan!
Nos liberaríamos de dos ratas, no es asuntó nuestro- encendió un
cigarrillo, cosa que puso más iracundo a Gleeson, pero no dijo nada. En algo
tenía razón, ni Makey, ni Black pusieron denuncias formales. El día pasó sin
que supiera más del asunto.
II
En el tráiler de Bass, todos celebraban el éxito de la empresa, durante
todo el día estuvieron tensos, mientras trabajaban en el taller, luego se
enteraron de la quema de la casa del Inglesito, se contentaron porque ese era
el indicativo que las sospechas de Makey estaban centradas en Hayes Black. Ante
esta nueva situación todos resolvieron tomar y hacer una parrilla debajo del
gran árbol de roble, todos menos Bass que estaba de nuevo algo callado sentado
y apartado del grupo, se acrecentaba más esta característica en Bass.
Durante todo el día estuvo de aquí para allá, ni siquiera cuando
escucharon la buena noticia se alegró, se quejaba entonces de no cantar victoria
antes de tiempo, nadie conocía a que se
debía ese mal humor tan constante, la actitud de Bass era realmente digna de
atención, el Brujo trató de hablar con él; empero, ya lo conocía podía ser otro
de sus inentendibles ataques de depresión, sólo que está vez eran más el más
agudo.
-Ni siquiera vas a contarme a mí
qué te tiene así, deberías estar alegre porque saliera todo bien, tenemos una
fortuna enterrada en la gasolinera, libre de todo impuesto y si además de ello
pusimos en guerra a las nuestras bandas enemigas, doblemente mejor.
-No es eso, también me alegro por
ello, pero no soy tan optimista como ustedes-
dijo Bass con voz apesadumbrada.
-Te vuelves viejo Bass, antes eras
el primero en ponerte alegre por casi nada, ahora no te entiendo- terminó
de decir esto y se marchó a donde estaban los otros, Bass también se paró; se
fue al tráiler, al entrar tiro con fuerza la puerta, sinónimo que ya la fiesta
había terminado, así lo vieron los otros, terminaron de comer y se largaron a
continuar su fiesta en otra parte.
Bass no quería entender que sucedía, se acostó y encendió la televisión,
era uno de esos días que el tráiler lo turbaba, pero aún así no quiso salir, al
ver el canguro pensó en Nathan, pero se dijo así mismo que no caería en ese
error de creer estar enamorado de ese joven, no debería verlo de nuevo, sacó de
la mesa de noche, algo de droga; en poco tiempo estaba fuera de sí, sentía como
todo volaba a su alrededor, la sensación de estar relajado le agradaba, se
retorcía en la cama, así quedo dormido, hasta que un ruido en las afueras lo
despertó.
Makey entró sudando, él al igual que Bass estaba drogado y un poco
molestó, se sentó en el mueble, encendió la televisión, Bass no entendía que
hacia allí.
- ¿Qué mierda haces aquí? dime
antes que te saque a patadas- dijo
Bass visiblemente irritado, no le gustaba la presencia de Makey allí,
abrió la nevera y se tomó un vaso de
agua mientras veía a Makey, vestía una chaqueta y unos jeans, prendió otro
cigarrillo y le dijo:
-Tenemos que hablar, nuestra unión
es necesaria para acabar con Hayes, él muy hijo de perra amenaza con quedarse
con todo el negoció- lo dijo señalando a Bass con el cigarro en los dedos,
éste se había sentado en la banqueta muy cerca de él- el muy maldito me robó y tiene que pagar por ello, tú tienes que
ayudarme.
-¿Y cómo puedo hacer yo eso? Ese
asunto es tuyo no es mío, recuérdalo, no
puedo andar por allí matando personas sin ninguna razón.- Era el argumento
de Bass, pensaba que quizás Makey vino a él, para sobornarlo por lo visto
anoche, así que tenía que actual sigilo, algo que no le sobraba, precisamente.
-Ayer te encuentro acostado con
tremenda celebridad; hoy sé que eres cobarde- le dijo Makey retándolo.
-Cuidado con lo dices, mejor vete
de aquí, no pienso ayudarte, no es asunto mío, ya te lo dije. Si quieres
matarlo hazlo tú.- Makey se levantó y dijo- así lo haré- y salió en su bólido alzando el polvo del camino.
Bass se sintió más calmado, al verlo partir y al ir a cerrar la puerta se
dio cuenta la presencia del auto de John. Lo buscó por todos lados y lo vio
sentado en la oscuridad en una silla pegada en la ventana, tenía en la mano una
pistola y lo apuntaba, lo miraba mientras armaba la pistola, apuntó a una latas
y disparó un tiro volando la lata lejos de allí, el sonido del disparo se
perdió en la sabana. Bass fue hasta él y se sentó a su lado. Pensaba que John
le iba preguntar por qué Makey estaba allí, pero lejos de eso le preguntó.
- ¿Con qué celebridad te acuestas?-
y comenzó a reírse, Bass también se rió:
-No sé de qué habla, vino a
plantearme una alianza, parece que está convencido que fue Hayes quién le robó
su droga- Bass siguió riéndose, pero cortó la risa al escuchar de nuevo de
John
- Ya lo averiguaré- luego le
preguntó al pararse- ¿Quieres que me
quede o crees que no vuelva?
-No volverá- se metió en la
casa rodante y cerró tras de sí la puerta.
En la noche Bass estuvo esperando que Nathan viniera, luego se quedo
dormido al ver que no llegaba, una hora antes del amanecer escuchó el carro
acercándose, lo oyó llegar al frente del tráiler, la puerta del auto abrirse y
cerrarse, pero nadie entró, después de dos minutos que Nathan no pasará él se
decidió y salió, en ese momento llevaba sólo un pantalón puesto, vio la sombra
del joven sentado debajo del gran árbol, estaba viendo el horizonte, Bass tomó
una silla y se sentó junto a él, no dijo nada, esta noche había sido un tanto
rara y como si fuera poco ahora esto.
-¿Qué tienes?- preguntó Bass
con cara de no importarle la respuesta.
- Estoy enamorado de ti - respiro
profundo y miró hacía el árbol al lado contrario a Bass- toda la noche me debatí en la idea de quedarme o de venir hacia ti, y
ya ves, no tengo mucha control sobre esto- tomó una palo del suelo cercano
a él, y empezó a hacer un surco en la arena, mientras hablaba sus ojos se
llenaron de lagrimas- estoy muy asustado y no sé qué hacer.
-Tú también me gustas- respondió Bass, Nathan lo quedo
viendo y se quitó las lágrimas de los ojos, se rió, y volvió a hacer surcos en
la tierra,
-No sé lo que significa eso; sin
embargo, me imaginó que es algo- Bass se acercó a él y lo rodeó con su
brazos, le dio un beso en la mejilla y lo trajo hacía él, acunándolo en su
regazo, la noche era fresca, le subió su cara bañada en llanto y lo besó muchas
veces, luego le quitó la camisa, inmediatamente los pantalones igual que se
quito los suyos y los dos quedaron desnudos en la noche, besándose recostados
del gran árbol de roble, Nathan sin quitarle la vista de su cara, se sentó
arriba de él y allí lo hicieron, para Nathan nada importaba, él gemía pero
necesitaba más, su cuerpo estaba amoldado a él, su mente poseída por él y su alma le pertenecía, terminaron en un
desbordamiento de todo su interior. Se
levantaron y fueron hasta improvisado baño, encendieron la regadera, comenzaron
a bañarse y siguieron besándose.
-Voy a decir lo nuestro, te amo
tanto que no puedo respirar – dijo Nathan.
El aspecto de Bass cambio repentinamente lo tomó de los cabellos y le dio
un golpecito en la cara. Nathan no pudo hacer nada Bass, simplemente le
devolvió un golpe y luego otro, sin darse cuenta los dos estaban en el piso
dándose golpes, escena que terminó con una violenta patada en el estomago de
Nathan, éste se paró sangrando por las heridas, se limpió la cara, tomó su
ropa, se montó en su carro y se alejó del lugar.
Bass notó como el carro se alejaba, él también sangraba por la nariz y un
ojo lo tenía reventar se quitó toda la tierra y se metió en la casa, se puso
ropa limpia, desinfectó sus heridas con alcohol y se acostó en la cama, se
colocó una almohada en la cara y así quedo dormido, la mañana comenzaba.