9. Ojos Violetas

9. Ojos Violetas

Kurtain esa noche decidió asistir a las carreras y olvidarse de todo, no podía estar en casa, ni pesar en Hudson ni en Fiona ni en Caroline, estaba desecho, quería mandar a todos al demonio y largarse de nuevo a Seattle, lugar de nacimiento, y comenzar de nuevo en una vida que no involucrara las cosa que ahora tenía o no tenía.



Estos últimos días se había dado cuenta de su vacío, no tenía absolutamente nada, acaso sólo una fijación con Hudson y el cariño hacia su hijo, del resto nada podía ocupar su mente, el experimento con Caroline no había podía salir peor. Pero debía dentro de sí, aferrarse a ello, esa era la solución tener una mujer a su lado, si no a quien amar, al menos contar alguien…No quería terminar en bares gay como un viejo morboso. 

Las carreras se desempeñan con absoluta normalidad. Allen se encontraba entre los asistentes, al igual que Kurtain, había pensado que era lo mejor para olvidarse de todas las cosas que sucedían en la ciudad. Con su carro cuadraba lo referente a la próxima carrera, entre los presentes no pudo dejar de extrañarle la presencia de Hudson, Caroline y Steel. Todos habían tenido quizás la misma idea.

Allen, por su parte, los evitó no quería involucrarse más en esta historia. Suficiente había tenido en este punto Kurtain estaba bien grande para decidir lo que era mejor. Él sólo había puesto mucho peor el panorama para su viejo amigo, estaba a un tris que supiera todo su secreto si las investigaciones seguían su ritmo. Él no podría ocultar el altercado con Hudson, Fiona y su irritado hermano contarían todo de un momento a otro.

Levantó el capó de su carro y se dispuso a preparar los últimos detalles del motor. Escuchó que alguien lo llamaba al lado, era Steel que trataba de ayudarlo con una pieza. Él le dio las gracias y siguió revisando.
-¿Qué buscan al venir acá? - preguntó Allen.
- ¿Sabías qué J.P. tuvo un hijo con la hija de Henderson?- fue su comentario.
-Sí, algo sabía de eso- respondió Allen- pero ¿Por qué me preguntas eso a mí? pregúntaselo a él, seguro te dará mayores indicios. No quiero enterarme de la vida privada de nadie.

Steel no quedó convencido de esto y trató de ser más directo- Incluso si esa vida envuelve a alguien que conoces. Estoy seguro que Kurtain está involucrado en el caso, más que como agente, oculta algo y lo averiguaré.
-No sé por qué dices eso. Pregúntaselo a él, te repito.- respondió Allen un tanto molesto por el interrogatorio al que era expuesto.
 -  Yo sé que tú sabes de qué se trata todo esto. Puedes estar encubriendo algo.
- Si me vas a esposar hazlo ya, no me hagas perder el tiempo. –Respondió Allen un tanto cansado por todo- Tienes al lado una persona que ha estado con Kurtain muchos más años que yo. Y seguro lo conocerá mejor que yo
- ¿Te refieres a Hudson?, no sé si eso sea cierto. No sé aun lo que se traen estos dos o mejor dicho los tres. Esos golpes… - quedo pensativo- sería bueno que confiaran en mí, no entiendo de que se trata esto pero tarde o temprano lo sabré…quizás Kurtain no fue la persona que esperábamos - mientras hablaba Steel no dejaban de ver a su compañera un tanto amena con la compañía de Hudson. Se reían y conversaban muy íntimamente. Apartados de todos Kurtain, sentado en el capó de su auto miraba a los involucrados.

La noche avanzaba y en carreras dos autos se disputaba la partida, luego de eso vendría al auto de Allen, quien decidió llevar de copiloto a su confundido y, en estos momentos, poco ameno compañero.

La largada se dio. Los dos bólidos se entregaron a una frenética lucha por el primer lugar. En su auto Allen trataba de concentrase en la partida y ganarle al auto que representaba un rival muy difícil.

Caroline se puso a aupar a su recién conocido amigo Allen y compañero Kurtain, cosa que no gustó a Hudson, moría de los celos por Kurtain, sospechaba el amor de Caroline hacia Kurtain.

Caroline sabía que estaba jugando con fuego. Desde que llegó Hudson se había olvidado poco a poco de Kurtain y eso no se lo perdonaba, después de estar tanto tiempo sin interesarse en los hombres ahora resulta que estaba flirteando con dos a la vez, pero tan diferente entre sí que no sabía cómo habían podido hacerse amigos.

Era cierto que le atraía Kurtain por su porte de hombre correcto, contrario a Hudson, tan despreocupado por todo, incluso, según se había dado cuenta, muy sagaz y sin muchos escrúpulo, los dos eran opuestos entre sí, pero algo había que los unía y esto le interesaba, le intrigaba y quería saber que podía ser.

Mientras la carrera avanzaba Caroline se dejó seducir por el agente de San Francisco y pronto entre ellos hubo algo más que una conversación. Su mundo buscaba un acomodo algo que le permitiera ser la mujer que alguna vez y que ahora estaba perdida por los desprecios de Kurtain. Los autos pasaban al lado suyo arrastrando el polvo del camino. Pero luego lo pensó mejor y se sentó junto a Steel y Kurtain, regresar con un sujeto como Hudson no tenía caso. Esperaría que así cosas se desarrollaran con normalidad.

***
La mañana siguiente de tan confusa noche encontró a todo el grupo reunido en el departamento, se hallaban en pequeños sub grupos, por un lado Kurtain y Steel y Hudson y Caroline. Kurtain siempre temeroso de la actitud de Hudson desconfiaba de esta nueva amistad surgida entre los dos efectivos, este mismo pensamiento era de Steel, sabía que no podía confiar en Hudson. A diferencia de Steel, Kurtain, no disimuló su cólera y se fue de allí.

A media mañana Hudson se dirigió a casa de Henderson, esperaba de una buena vez descubrir el paradero de Susan, estaba seguro que ella estaba detrás de la muerte de los dos jóvenes, el porqué era lo que no entendía.

Mientras conducía su mente recordaba todo el asedió que hasta ahora había tenido por parte de este nuevo hombre que acompañaba a Susan, sabía que querían al niño, pero no comprendía para que, una y otra vez le dio vueltas al asunto.

Por su parte Kurtain se dirigía hacia donde la prensa lo esperaba, debía poner en claro algo que él tampoco comprendía. Vio afuera de la estación a J.P. sentado. Se extrañó y se dirigió hasta donde él se hallaba, había cambiado desde la última vez que lo vio, un corte de pelo; sin pelo en su cara, era en realidad otra persona.
-¿Eres policía? – preguntó J.P. un tanto extrañado.
-Sí- respondió Kurtain.
- ¿Estas investigando el secuestro de la joven Henderson y por ello estas en Houston?- preguntó y respondió a la vez, luego quedó pensativo un rato – tenía que ser.

Kurtain no entendió este último comentario de J.P. no sabía qué hacía allí. Así que quiso averiguarlo:
-¿Quieres algo?- él no contestó. Sólo se limitó a decirle:
- Quisiera hablar contigo- Kurtain afirmó con la cabeza, y luego comenzó a buscar alguien que quizás lo haya visto. No entendía que podía hacer. Lo siguió.

***
Al llegar a casa de Henderson junto a Steel, Hudson se sentía algo molesto y nervioso a la vez había llegado el momento, fueron conducidos hasta una enorme sala donde se hallaba el beisbolista y su hija entre otras personas, un joven de cejas pobladas, el servicio y Fiona lo que también le extrañó. Saludó a todos, y fue hacia donde Fiona se encontraba, no entendía que demonios hacía ahí. Fiona le explicó que estaba con la hija de Henderson. Ella le ofreció su casa por ser más amplia y estar mejor resguardada que esa pequeña casa donde se escondía y que ya Susan conocía. Todo fue idea de Kurtain que consideró eso como lo más sensato que podían hacer.

Henderson caminó hasta Hudson, y lo llamó a parte de Steel, quien se hallaba también un poco extraño. Se presentó y lo invitó a hablar a parte. Él lo siguió y llegaron a un cuarto apartado de la sala principal, estaba decorada como si fuera una oficina, con cuadros a su alrededor que llamaron la atención de Hudson, en el frente de él un escritorio con algunas fotografías y una inmensa silla, dentro de las fotografías una de su hijo, el pequeño Chris jr. vestido de beisbolista, él se volteó hacia Henderson y tomó la fotografía, algo confuso.
- Explícame esto- dijo apuntando con la foto a Henderson, fue entonces que el mueble del escritorio se volteó suavemente y sentada ahí, como si nada, Susan White.

- No has cambiado nada, Chris Hudson, sigues siendo la misma basura de siempre. Solo que ahora no cometeré el mismo error. Porque veo que eres más arriesgado, matar a esos jóvenes fue una estupidez, bueno pero me quitaste una molestia y muerto tú se acabará todo  – sacó un arma y lo apuntó a la cara…

Kurtain llegó al taller de J.P. no entendía de que quería hablar y porque tanto misterio. Él se sentó en el capo de su auto rojo.

-Hace como diez años, - comenzó diciendo J.P.-conocí a alguien que jugó conmigo, me utilizó haciéndome creer que tenía más edad. El caso fue que cometí un error y estuve a punto de parar en la cárcel

Kurtain se rió y lo detuvo- No tienes que decirme nada, el hecho de que sea policía no quiere decir que yo esté con inmaculado de las leyes. Creo eres un poco drástico.
 Él también sonrió y luego dijo, -no es nada de lo que te imaginas, déjame continuar: lo cierto fue que embaracé a una jovencita y permití que ella vendiera el niño a una señora de nombre Susan White, en San Francisco.
-¡El hijo de Hudson!- dijo Kurtain apartándose un poco de él. Luego volvió en sí- eres el padre, claro los ojos violetas. Entonces tenemos que ir a casa de Henderson. Ahora mismo quizás te estén buscando al igual que el niño de Hudson.–J.P. detuvo a Kurtain.
- No entiendes lo que trato de decirte, esa joven es Manú Henderson, su padre quiere el hijo de Hudson.

Kurtain quedó estático, no podía ser verdad, entonces había mandado a Fiona a donde estaban los presuntos secuestradores, había mandado a Fiona con Henderson y Susan. Quiso salir a avisarles a Caroline y a Steel. J.P. le quitó el teléfono de las manos.
-Entiéndeme Kurtain, es mi hijo y lo quiero conmigo, lo siento, perdóname.


A continuación dio un golpe a Kurtain y lo tiró al suelo, en seguida lo ató al pequeño poste central que servía de sostén a la estructura y encerró en un pequeño cuarto en el taller. Allí se quedaría hasta que pudiera tener consigo a su hijo.