El
monstruo muerto flotaba en el mar, algunos movimientos en la bestia levantaron
a los marineros. Los primeros tiburones rasgaban la sangrante bestia, vieron
tres, pero era de suponer que estaban
rodeado por ellos, sin nada para matarlos, poco podía hacer.
Todos
de un buen tamaño, arrancaban pedazos de la bestia muerta, mientras que esta
flotaba en el mal, los marineros se balanceaban y se aguantaban para no perder
el equilibrio, algunos incluso llegaban muy cerca, era cuestión de horas para
que llegaran a donde se hallaban los marineros y el biólogo, quien nada podía hacer, estaba seguro que su
muerte estaba cerca.
El
moreno seguía espantando a los tiburones, el polizonte también, el capitán se reía, era imposible intimidarlos. Lo único
que podrían hacer era esperar que no se comieran el animal antes que pudiera
llegar a la orilla. O que pudieran salvarse, necesitaban alguna tabla o algo que
le sirviera de protección, pero con el submarino y el viejo serpiente totalmente
hundidos nada había quedado. Debían luchar hasta el final.
El
sol los calcinaba, llevaban bastante tiempo montados en la gran bestia comida
constantemente por los animales, un olor les indicó que no soportarían mucho
tiempo allí. Pronto la bestia se hundiría.
El
moreno cercano a David, el capitán
estaba un poco apartado.
-Crees que podamos salir con vida
de acá – preguntó David.
- No lo sé la verdad, -respondió
el capitán tapándose la cara con la mano a modo de visera- por acá pasan algunos barcos, pueda que nos encuentren. Si pudimos
con esta gran bestia, seguro podremos con esto, trata de no preocuparte. –ultimo
comentario que ni él se creía.
-Bueno la verdad estoy contento de
que esa bestia haya muerto, me quite un peso de encima, no dormía pensando los
daños que podrá causar la bestia fuera de su hoyo.
-¿Y no has pensado regresar a
investigar más de eso?, hay cosas maravillosas allá.
–preguntó Martin.
-Me imagino que hay cosas que no se
deben mover de donde están, esperemos que avance nuestra tecnología y nuestro entendimiento y
así podamos descubrir lo que hay allí.
Lo siento por tu bote.
-No te preocupes quería comprarme
otro más grande y moderno, esa chatarra
había cumplido su tiempo de vida útil, claro no esperaba que hubiese acabado
así… ¿quizás quieras acompañarte en la próxima oportunidad?- el
capitán puso toda su esperanza en este comentario, lo quería para sí.
-Puede ser, no estoy seguro-
dijo el polizonte riendo. -Primeramente
déjame arreglar mi vida, he dejado todo finiquitado pensando que sería el fin.
Pero ahora, ahora empezaré de nuevo y necesito activar todo lo que de detenido.
-Yo vivo muy solo y quisiera fueras
hasta el puerto, mi casa es grande podremos vivir los dos, sembraremos y
podremos pescar en los meses de pesca no es una vida muy maravillosa pero es
una vida.
-No lo sé.-quedó
pensativo- quizás pudiera encontrar
trabajo por acá, te repito que no lo sé si quisiera vivir cercano a las aguas
que tanto miedo me causa.
Al
decir esto el capitán sintió un aguijón en el pecho, arriesgo tanto y él ni se
preocupaba por sus sentimientos, el moría igual que la bestia. El dolor lo
carcomía, el otro tripulante comentó-Están
ustedes muy intensos. Parémonos.
El
moreno se levantó rápidamente, y vio un barco a los lejos. Comenzó a saltar y hacer señas, con la mano levantada
trataban de llamar la atención del barco en la distancia, pero no podrían
verlo, saltaron más alto y el monstruo se balanceo y ellos a punto estuvieron
de caer al mar plagada de tiburones, se aguantaron todos abrazados, y
mantuvieron el equilibrio, el momento era apremiante, momento en que todos
perdieron la fe, era imposible. Del barco en la distancia sonó un conocido
silbato, los habían visto. Todos estaban alegres, el capitán lloraba
internamente, era quizás la primera batalla que luchaba en el amor y
seguramente la había perdido.
Los
del barco se asombraron al ver la bestia y a los cuatro hombres montados sobre
ella, pero sin cabeza parecía una ballena, solo con gran rabo, los marineros
apurado por llegar al puerto poco preguntaron y dejaron el animal flotando en
la inmensidad del mar.
Al
llegar al puerto, eran otros, habían cambiado y olvidado algo de lo pasado
allá. El capitán estaba destrozado. El dolor en su corazón anunciaba que no olvidaría esta historia. Miraba la cara de felicidad de David, se dijo
internamente que nunca estaría junto a él.
II
Tiempo
después, El Capitán, con la venta de la ferretería, en un bote nuevo se hacía a
la mar, ya no había vuelta atrás el mar
lo sedujo y enamoro, él se dedicaría de corazón a la pesca del camarón. … otros marineros comenzaban junto a él la pesca
del camarón, hacia un año de esta historia. El capitán respiró profundo miró el
gran mar, nunca más había tenido noticias de David, nunca envió un mensaje, su
felicidad fue efímera, pero había aprendido a amar el mar porque el recuerdo de
David estaba allí… y comenzó de nuevo la faena. Nadie en su entorno volvió a
preguntar por la situación amorosa de su capitán, quizás algún día llegaría esa
persona… pero ahora era solo momento de curar heridas.
El
nuevo bote de nombre “Serpiente Marina II” se disponía al
zapar, lagrimas del capitán por la faena que comenzaba, miró el mar que le
recordaría los ojos de David y la gran aventura vivida. Tomó los aparejos y lanzo
a la mar.
Un
silbido llamó su atención, en la orilla una silueta hacia señas, David con
mochila en la espalda levantaba la mano desde el muelle… la alegría se dibujó en
la cara del capitán y giró el timón, en busca del sorpresivo nuevo marinero, salto
al muelle y lo abrazo muy fuerte, el nuevo biólogo a cargo de la conservación
del recurso camaronero se encontraba allí… tal como lo dijo, tenía nuevo empleo
muy cercano.
Martin
estaba feliz, esta vez David nunca se iría. Delante de todos beso a David en un
beso profundo y que duró una eternidad. Surcarían los siete mares si era
posible, su corazón lloraba abrazando a David, quien también lo amaba… lo tomó
de la mano y lo subió a su nuevo bote. Ya no quería ocultar su homosexualidad,
no podían perder ni un solo segundo más de la felicidad alcanzada. Estaba
dispuesto a vivir una vida junto a David y el mundo que se derrumbara si así lo
quisiera, él esta vez sería feliz.
El
Serpiente Marina II se observaba a lo lejos perdiéndose en horizonte…
Fin
Ultimo Capitulo de Lioplurodonte, espero les guste y comenten, a todos gracias los que nos leen y nos siguen en las novelas, hemos avanzado algo y deseo que disfruten de la lectura, yo me lo gozo escribiendo….espero para finales de año traerle “las Huellas del Gigante” saludos a todos y gracias nuevamente…
ResponderEliminarEl ser humano siempre tiene que pasar por algo súper extremo para entender que la vida es corta y la desperdiciamos en cosas sin sentidos… la historia me gusto mucho… el final, me pareció algo concisa pero también me gusto
ResponderEliminarGracias, bueno, era la idea tratar de presentar la homosexualidad como un monstruo al cual tememos pero que debemos enfrentar...tarde o temprano...que aprendamos a no dejarnos robar la vida… Gracias por leernos Luis… y a todos los que nos siguen, comenten… gracias.
EliminarGracias, espere mucho por esta historia, pero valió la espera,
ResponderEliminarme encanto sobre todo el final.
Gracias por leernos, encantado de tenerte con nosotros y que disfrutes de nuestra lectura, un abrazooo Yessi.... te esperaremos en las proximas publicaciones...
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