11. A Millas de Distancia





El monstruo muerto flotaba en el mar, algunos movimientos en la bestia levantaron a los marineros. Los primeros tiburones rasgaban la sangrante bestia, vieron tres, pero era de suponer  que estaban rodeado por ellos, sin nada para matarlos, poco podía hacer.



Todos de un buen tamaño, arrancaban pedazos de la bestia muerta, mientras que esta flotaba en el mal, los marineros se balanceaban y se aguantaban para no perder el equilibrio, algunos incluso llegaban muy cerca, era cuestión de horas para que llegaran a donde se hallaban los marineros y el biólogo,  quien nada podía hacer, estaba seguro que su muerte estaba cerca.

El moreno seguía espantando a los tiburones, el polizonte también, el capitán  se reía, era imposible intimidarlos. Lo único que podrían hacer era esperar que no se comieran el animal antes que pudiera llegar a la orilla. O que pudieran salvarse, necesitaban alguna tabla o algo que le sirviera de protección, pero con el submarino y el viejo serpiente totalmente hundidos nada había quedado. Debían luchar hasta el final.

El sol los calcinaba, llevaban bastante tiempo montados en la gran bestia comida constantemente por los animales, un olor les indicó que no soportarían mucho tiempo allí. Pronto la bestia se hundiría.

El moreno cercano a David,  el capitán estaba un poco apartado.
-Crees que podamos salir con vida de acá – preguntó David.
- No lo sé la verdad, -respondió el capitán tapándose la cara con la mano a modo de visera- por acá pasan algunos barcos, pueda que nos encuentren. Si pudimos con esta gran bestia, seguro podremos con esto, trata de no preocuparte. –ultimo comentario que ni él se creía.
-Bueno la verdad estoy contento de que esa bestia haya muerto, me quite un peso de encima, no dormía pensando los daños que podrá causar la bestia fuera de su hoyo.
-¿Y no has pensado regresar a investigar más de eso?, hay cosas maravillosas allá. –preguntó Martin.
-Me imagino que hay cosas que no se deben mover de donde están, esperemos que avance  nuestra tecnología y nuestro entendimiento y así podamos descubrir  lo que hay allí. Lo siento por tu bote.
-No te preocupes quería comprarme otro más grande y  moderno, esa chatarra había cumplido su tiempo de vida útil, claro no esperaba que hubiese acabado así… ¿quizás quieras acompañarte en la próxima oportunidad?- el capitán puso toda su esperanza en este comentario, lo quería para sí.  
-Puede ser, no estoy seguro- dijo el polizonte riendo. -Primeramente déjame arreglar mi vida, he dejado todo finiquitado pensando que sería el fin. Pero ahora, ahora empezaré de nuevo y necesito activar todo lo que de detenido.
-Yo vivo muy solo y quisiera fueras hasta el puerto, mi casa es grande podremos vivir los dos, sembraremos y podremos pescar en los meses de pesca no es una vida muy maravillosa pero es una vida.
-No lo sé.-quedó pensativo- quizás pudiera encontrar trabajo por acá, te repito que no lo sé si quisiera vivir cercano a las aguas que tanto miedo me causa. 

Al decir esto el capitán sintió un aguijón en el pecho, arriesgo tanto y él ni se preocupaba por sus sentimientos, el moría igual que la bestia. El dolor lo carcomía, el otro tripulante comentó-Están ustedes muy intensos. Parémonos.

El moreno se levantó rápidamente, y vio un barco a los lejos. Comenzó  a saltar y hacer señas, con la mano levantada trataban de llamar la atención del barco en la distancia, pero no podrían verlo, saltaron más alto y el monstruo se balanceo y ellos a punto estuvieron de caer al mar plagada de tiburones, se aguantaron todos abrazados, y mantuvieron el equilibrio, el momento era apremiante, momento en que todos perdieron la fe, era imposible. Del barco en la distancia sonó un conocido silbato, los habían visto. Todos estaban alegres, el capitán lloraba internamente, era quizás la primera batalla que luchaba en el amor y seguramente la había perdido.
 
Los del barco se asombraron al ver la bestia y a los cuatro hombres montados sobre ella, pero sin cabeza parecía una ballena, solo con gran rabo, los marineros apurado por llegar al puerto poco preguntaron y dejaron el animal flotando en la inmensidad del mar.

Al llegar al puerto, eran otros, habían cambiado y olvidado algo de lo pasado allá. El capitán estaba destrozado. El dolor en su corazón anunciaba  que no olvidaría esta historia.  Miraba la cara de felicidad de David, se dijo internamente que nunca estaría junto a él.
 
II

Tiempo después, El Capitán, con la venta de la ferretería, en un bote nuevo se hacía a la mar,  ya no había vuelta atrás el mar lo sedujo y enamoro, él se dedicaría de corazón a la pesca del camarón. …  otros marineros comenzaban junto a él la pesca del camarón, hacia un año de esta historia. El capitán respiró profundo miró el gran mar, nunca más había tenido noticias de David, nunca envió un mensaje, su felicidad fue efímera, pero había aprendido a amar el mar porque el recuerdo de David estaba allí… y comenzó de nuevo la faena. Nadie en su entorno volvió a preguntar por la situación amorosa de su capitán, quizás algún día llegaría esa persona… pero ahora era solo momento de curar heridas.

El nuevo bote de nombre Serpiente Marina II” se disponía al zapar, lagrimas del capitán por la faena que comenzaba, miró el mar que le recordaría los ojos de David y la gran aventura vivida. Tomó los aparejos y lanzo a la mar.

Un silbido llamó su atención, en la orilla una silueta hacia señas, David con mochila en la espalda levantaba la mano desde el muelle… la alegría se dibujó en la cara del capitán y giró el timón, en busca del sorpresivo nuevo marinero, salto al muelle y lo abrazo muy fuerte, el nuevo biólogo a cargo de la conservación del recurso camaronero se encontraba allí… tal como lo dijo, tenía nuevo empleo muy cercano.

Martin estaba feliz, esta vez David nunca se iría. Delante de todos beso a David en un beso profundo y que duró una eternidad. Surcarían los siete mares si era posible, su corazón lloraba abrazando a David, quien también lo amaba… lo tomó de la mano y lo subió a su nuevo bote. Ya no quería ocultar su homosexualidad, no podían perder ni un solo segundo más de la felicidad alcanzada. Estaba dispuesto a vivir una vida junto a David y el mundo que se derrumbara si así lo quisiera, él esta vez sería feliz.  

El Serpiente Marina II se observaba a lo lejos perdiéndose en horizonte…




Fin

5 comentarios:

  1. Ultimo Capitulo de Lioplurodonte, espero les guste y comenten, a todos gracias los que nos leen y nos siguen en las novelas, hemos avanzado algo y deseo que disfruten de la lectura, yo me lo gozo escribiendo….espero para finales de año traerle “las Huellas del Gigante” saludos a todos y gracias nuevamente…

    ResponderEliminar
  2. El ser humano siempre tiene que pasar por algo súper extremo para entender que la vida es corta y la desperdiciamos en cosas sin sentidos… la historia me gusto mucho… el final, me pareció algo concisa pero también me gusto

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, bueno, era la idea tratar de presentar la homosexualidad como un monstruo al cual tememos pero que debemos enfrentar...tarde o temprano...que aprendamos a no dejarnos robar la vida… Gracias por leernos Luis… y a todos los que nos siguen, comenten… gracias.

      Eliminar
  3. Gracias, espere mucho por esta historia, pero valió la espera,
    me encanto sobre todo el final.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por leernos, encantado de tenerte con nosotros y que disfrutes de nuestra lectura, un abrazooo Yessi.... te esperaremos en las proximas publicaciones...

      Eliminar