9. Otro día
Seguramente, nadie podía calmar lo que hasta hace pocas
horas era una simple revuelta y que, al caer la noche y no haber aplacado a la
población, se había convertido en un motín. Los presos estaban como poseídos
por la sed de hacerse justicia. La negativa del director de no dar la cara
empeoraba las cosas. La prisión se convirtió en un criadero de conatos de
ataques esquizoide.
El director, sentado en su escritorio, trataba de hallar
una salida a la situación; una negociación con los presos era imposible,
montados en zonas a los cuales ellos no podían acceder, gritaban hacia las
afueras todos los por menores de la realidad a una prensa aún más curiosa y que
no se quitaría de su puesto, no sin antes hundirlo en el fango más oscuro.
El director se lamentaba por dejar que las cosas se
salieran de las manos. Una vez requería su más extrema paciencia para poder
resolver todo lo que se le venía encima. Esta vez quizás no escaparía.
Llamó a su secuaz, quería información sobre las últimas
acciones de los reos, encabezado por quien ahora se convertía en su más
acérrimo enemigo.
Michael lucía la otra cara, se hallaba muy dueño de la
situación, era en estos casos donde él era necesitado y de ello se
vanagloriaba, camina por el pasillo a la dirección, ordenando, a su paso, todas
las acciones o por lo menos hasta donde el director le dejaba avanzar. El
entendía un poco la posición del director, necesitaba evitar a toda costa que
esto saliera de control, por supuesto no desaprovecharía tan excelente
alternativa, su poder aumentaría, en sus manos estaba la tranquilidad de todos
los habitantes del penal.
Al llegar a la oficina halló al Director tomándose un trago
para calmarse.
-Espero que tenga muy
buenas noticias: que por lo menos el maldito del Coyote esté muerto de una vez
por todas, o que los dos hijos de perras hallan aparecidos vivos ¿Hasta dónde
piensan llegar con todo esto?- arrojó su bebida contra la pared, luego, con
toda calma, se preparó otra. Michael
Virtue se sentó y muy serenamente le informó todo lo que hasta ahora sucedía.
El reporte no fue muy esperanzador, sino que por el contrario avivó la furia
del Director.
Explicaba Michael, la negativa de cualquier trato con la
población penal, era preferible arrasarlos a todos. Los focos estaban
localizados en las posibles entradas, amenazaban con secuestrar a cualquier
policía que pusiese meterse hasta donde ellos se encontraban, era por esto, que
ninguno de los guardias querían llegar hasta allá.
-¡Son
todos unos incapaces!- grito el director rojo de ira. Y aun así tuvo que
escuchar la perorata de las predicciones de Gurú, en la narración del primero
al mando.
-Esto es la locura,- dijo al borde del
colapso Simón.
En la enfermería el
doctor también se lamentaba por el secuestro al que era sometido, desde acá
podía escuchar los gritos de los reclusos y las detonaciones que de vez en
cuando se hacían escuchar por parte de la guardia. La enfermera estaba un poco
más tranquila, pero muy dolida por la desaparición. Sentada en una silla miraba
los reportajes de la televisión.
-¿Crees que aún este
vivo?- preguntó al doctor Evans.
-Quisiera que sí,
pero no lo sé, seamos realista; los otros estaban muertos para este momento;
los mata al instante. Es posible que Ralph y
Lewis ya lo estén, ¿Crees que hicimos mal ocultando la muerte de estos
jóvenes? Estoy muy preocupada.- de sus ojos salían lágrimas de impotencias,
esta vez el secuestrado era alguien que ganó su buena fe.
No obtuvo respuesta, él también cayó en un estado de letargo,
las cosas iban de mal en peor y esto todos lo sabían, sin embargo, nada podían
hacer. El involucrarse con estas personas siempre traía problemas, en especial
de carácter sentimental, no eran personas entregadas a amor; lo eran a las
paciones, pensaba en Pete y en todo lo que debía estar sufriendo en esa celda
al saber que su compañero estuviera quizás muerto. Salió de su letargo y quiso
preguntar a la enfermera, mas luego lo pensó, y le dio algo de vergüenza la
pregunta. Damián, el policía custodio, estaba allí y él giró la silla hasta él
y le preguntó:
-¿Crees que Pete
pueda estar pasándola mal, como quién pierde un amor? o tal vez ¿los Jocker no
se involucran tanto con ellos?
El policía le ofreció con una amplia sonrisa y su cara de
niño bueno, cosa que lo caracterizaba; pero que estaba muy lejana de la
realidad, le hizo señas hacia donde estaba la enfermera, el doctor asentó con
la cabeza, dándole a entender que no
importara que ella no escucharía. Carraspeo la garganta un poco y luego comenzó
diciendo, algo apenado por la presencia de la enfermera, aunque ella no
escuchase.
-Pienso que sí,… los
comentarios de ese amor, tenía condiciones épicas, no se sí el concertista sentía lo mismo
que Pete, el panadero, pero lo de este
último era demencial, pocas veces he visto un hombre tan enamorado como él.
- Sí, lo vi muy
alterado cuando fui a visitarlo,- argumentó el Doctor-. Pero supe que lo alquilo a sus amigos.
-No fue tan así-
respondió el Damián- el panadero, lo
ponía a prueba.
-Vaya prueba-
decía el Doctor incapaz de entender nada.
-No lo entendería, es
algo complejo, las relaciones en la prisión, en general prefiero no enterarme
de nada, son mundos diferentes, los cuales no debemos mezclar.
Era la segunda vez que escuchaba ese disparate, “de otro mundo”. Era la frase favorita cuando de hablar de los
presos se empezaba. A él no le parecía que era otro mundo; sino que por el
contrario eran seres humanos sufriendo los abátales más extremos. Este vocablo
era utilizado como válvula de escape para todos. El relacionarlo con otro mundo
quitaba de ellos el peso de someter a personas a medidas desesperadas. Eran
sujetos con menos suertes en la vida y cuyo único pecado, en la mayoría de los
casos, era alcanzar un poco de gloria y sortear el espacio que les tocó vivir,
rompiendo acaso las cadenas del poder.
Para ellos los jueces tenían normas de proceder de la
sociedad, donde la pena a un hecho concreto no existía, sino más bien las
condiciones. El piloto de un bombardero podía llevar bombas para exterminar medio
mundo y al regresar ser condecorado con una medalla y una pensión de por vida.
Volvió de su reflexión.
-¿En serio crees que
es “otro mundo”?- la última palabra la encerró en unas
comillas con los dedos. El guardia lo pensó un poco.
-Créeme sí te digo, que
es un lugar donde nadie le gustaría estar. Otro mundo- recalcó.
No quisieron seguir una conversación que no iría a ningún
sitio. Ruidos llegaron desde la prisión y ellos sabían que otra crisis se había
armado. Pronto otros grupos de heridos llegarían, así que se prepararon. Los
disparos no se hicieron esperar, algunas nubes de humo, dejaba claro que los
incendios también comenzaron a hacerse notar. No sabía cuándo pararía esto.
La noche paso, con intervalos de actividad, la mañana
encontró a todos con asombró. En la
puerta del pabellón siete, apareció el cuerpo sin vida de Ralph White. A
diferencia de los otros cuerpos encontrados éste estaba recubierto de tierra.
Pero en cuanto a las características de la muerte; eran similares. El primero
en verlo, no supo ni siquiera quien lo puso allí, todos quedaron estáticos y bajaron las barricadas.
La noticia se esparció rápidamente, la mayoría de los
presos corrieron al patio donde habían colocado el muerto, allí ante la mirada
de todos.
Poco a poco todos comenzaron a gritar, luego comenzaron a
correr hacia la entrada de la prisión, primero lento, luego aumentaron poco la
velocidad, hasta que se convirtieron en horda salvaje que no dejaba de gritos y
que se dirigía hacia la barricada levantada del pabellón tres. Con violencia
quitaron la cerca y chocaron contra los guardias como una gran ola que se
estrella ante el litoral.
Todos los guardias se defendían como podía, sin embargo,
era difícil detener a los reos que a toda velocidad se acercaban con el cuerpo
del reo alzado, el enfrentamiento fue brutal dejando un saldo de varios
heridos, por ambos lados. Poco a poco los guardias fueron acorralando a los
reos a los últimos pabellones, y allí estos volvieron a formar una barricada.
Los guardias veían esto como un triunfo. Aunque como comprobarían tiempo
después esto no era así.
En los últimos pabellones, los reos comenzaron a incendiar uno de ellos
produciendo una gran llamarada que
volvió loco a todos los guardias y observadores de las afueras, algo grande
pasaba, hoy no era una revuelta, era todo un salvajismo. La prensa enloquecía
por no saber que en realidad sucedía allá adentro, la hipótesis que cobraba
quizás más poder era la matanza de algunos reos. Pero debido al hermetismo del
Director poco podía saberse.
El director sabía que con el cuerpo encontrado los reos
iban a desistir de su revuelta, no había caso seguir luchando batallas
perdidas, los jóvenes estaban muertos y era un hecho, tarde o temprano esto terminaría. Al pasar más de
tres horas de tomar los últimos pabellones, aún la llamarada que anunciaba la
posición de guerra de los reos.
El clímax llegó al decidir los reos de hacerse de dos los
guardias que cuidaban las instalaciones, El Niño Coyote en su furia, pedía el
intercambio de Pete por ellos, cosa que quizás no haría el director, tener a
otro de esos locos fuera de la prisión no era su idea de calmar las cosas. Pero
lo cierto era que los periodistas indagaban y poco a poco se acercaban a la
verdad y el hecho de que él tenía que renunciar a su cargo si algo llegaba a
salir a la luz, así que era necesario tomar acciones inmediatas ¿pero qué
hacer? sentado en su oficina, daba vueltas de lado a lado.
-Maldición- gritó
Simón, no encontraba la solución al maldito dilema, pensaba y dio con que,
quizás, el cadáver sería llevado a su revisión en la enfermería, se levantó
rápidamente, tenía que estar allí, cuando lo revisaran. Mientras caminaba a la
enfermería se lamentaba de la suerte, estaba que estallaba, afuera guardias y reos
continuaban en su lucha.
Al llegar a la enfermería, el doctor revisaba junto a la
enfermera el cadáver, el hallarlo cubierto de tierra, era algo que quizás no
debía pasar por alto. El director no quiso interrumpirlos y se sentó en la
silla del escritorio de la enfermería, los allí presentes no notaron su
estancia en el recinto, estaban sumergidos en su trabajo.
-Aquí hay algo-
le dijo el doctor a la enfermera, que ahora hacía labores de forenses investigadores, extrajo con sus
pinzas un pedazo de una arena muy diferente a la tierra del penal, su
constitución era más bien arcillosa, pero de dónde extraían esta tierra,
tendría que ser de alguna zona bañada de agua por tiempo. Unos de los pocos
lugares que contaba con agua constantemente y que los presos tenían absceso
eran las duchas.
-Las duchas- dijo el doctor, enseñándole el poco de arena a la enfermera.
-¿Qué quieres decir,
es probable que se encuentre en esa zona?- dijo
incorporándose raídamente el director, hasta ese momento los galenos notaron su
presencia en el sitio.
-¿Qué hace acá? – Preguntó la enfermera- no puede
estar acá.- Pero el incisivo
director poco hizo caso a su comentario.
-Quiero que me
conteste, sí es allí donde lo tienen- esperó la
respuesta afirmativa y mando a revisar todas las zonas donde el agua llegaba.
Claro dejando afuera el sitio que tenían apoderados los reos. Afortunadamente
las duchas escapaban de esa zona.
Lo guardias que no se hallaban en la barricadas comenzaron a buscar por todos
los sitios que pudiese tener absceso al agua. La euforia corrió por toda la
prisión. Era necesario revisar todos los huecos que existieran junto a estos
lugares. La búsqueda llamó la atención de los reos que pronto supieron la
razón, a diferencia de los de afuera, ellos si tenían información sobre lo que
estaba sucediendo en la prisión, esto debido a un intricado sistema de fuga de
información.
El Niño Coyote aún con la furia de encontrar a su spunk
muerto, comenzó a organizar grupos de búsqueda para hallar al otro spunk.
Buscarían en aquellos sitios que tenían en su poder, la nueva noticia los llenó
de nuevos bríos que terminarían con otra nueva desilusión, después de varias
horas de búsqueda no hallaron absolutamente ningún sitio.
No hubo nada que hacer, la orden de soltar al reo de la
celda de detención llegó tras una explosión de violencia por el fallido intento
de búsqueda en los baños y otras zonas, el Niño Coyote exigió eso o destaparían
ante la prensa la olla.
El Director no pudo negarse más. Desde la enfermería, lugar
que había tomado como base de operaciones dio la salida del preso. Esperaba que
esto los calmara. El segundo al mando le recordaba lo peligroso que era ceder
ante las exigencias de los sublevados.
-Vallase al demonio,
Michael.
Yaa el noveno capitulo...
ResponderEliminarMuy bueno me encanta leer estas novelas siempre inyectas algo differente eres un magnifico escritos bravo
ResponderEliminarGracias por tu lectura, espero tenerte en los comentarios... nuevamente.. siii, bueno esta es totalmente diferente a las otras, es misteriosa, en Enero "el rival" segunda parte de hudson, y junio del año que viene una de monstruos marinos, llamada "Liopleurodonte" no te la pierdas.. y sigue acá en novelas Gays... jejeje
Eliminarmucho que leer... jejeje Saludos hermano y un abrazo...
Me tenías con la duda, porfin el noveno y el 10mo soy feliz!!!!
ResponderEliminarJejej, pues mas feliz estoy yo, me agrada publicar y me alegra tenerte aca, espero disfrutes de los proximos capitulos, que te agrade y nos sigas en las proximas novelas, porque en Enero del 2014,regresa un amor imposible y epico... hudson y Kurtain se encuentran luego de 10 años...en el rival de Hudson no dire mas, todo puede pasar... luego de diez años sin verse...
Eliminarno inventes, me tienes pegado a la pc, con ansiedad por saber que es lo que ha pasado con Lewis....excelente
ResponderEliminarJaja, me alegra mucho que te gusten mis novelas, siii, el pobre Lewis, yo casi que me voy a la cárcel a ver que podía hacer yo también... Gracias nuevamente... ;)
EliminarTengo miedo de leer el siguiente capitulo, de tan solo pensar que en el siguiente me den la noticia de que Lewis este muerto
ResponderEliminarGracias por leernos, espero que todo este bien con Lewis, sino pues me llamas y junto vamos a buscarlo a la cárcel, no me importa ningún Coyote yo voy tras de Lewis... para ver que pasooo.. me alegra que te guste amigo y espero que te guste el final y toda la historia.... esta semana vuelvo al blog... con liopleurodonte.... capitulo 6...
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