7. HOYOS AZULES

7. Hoyos Azules

        En el barco los marineros comentaban entre sí, el inquebrantable capitán había cedido, todos conocían el porqué, esto era lo que  molestaba, ya entre todos era sabido que el joven polizonte realizaba investigaciones, que había perdido un mini submarino y que posiblemente tendrían que pasar al menos dos días de trayecto a la búsqueda de tan extraña encomienda.

Al principio todos los estuvieron reticentes, más luego, al igual que el viejo Lucas,  le causó algo de inquietud, querían conocer que cosa llevaba a un grupo de científicos a meterse en las profundadas de mar.

Lucas nunca había conocido esos lugares ni sabía la existencia de estas islas que el joven señalaba en el mapa. Explicando donde exactamente estaba el lugar su voz se quebró y un cierto nerviosismo se apodero de él. El capitán reunido junto a todos los demás miraban el mapa y le dijo al polizonte.

-¿Qué te pasa porque estas tan nervioso?, ya la peor parte la superaste; permitir que nuestra ruta se desviara dos días para buscar tu preciado mini submarino, que espero sea muy pequeño para podamos ponerlo en la cubierta y no ocupe espacio.

-Así será- decía esto mientras miraba el horizonte.

El Capitán miró el mapa y supo  que estarían al amanecer del siguiente día o antes. El joven indicó que debía llegar en la mañana.

-¿Por qué?- preguntó Lucas que suponía que algo más pasaba.

-Necesito que sea después de que salga el sol- dijo sin más.  

Todos fueron a ocupar sus puestos. No hicieron más preguntas, irían tras el submarino del joven polizonte, total, ya estaban muy adelantados con la buena pesca que habían tenido en estos días; así que más daba si perdían dos días.

Los dos enamorados por su parte volvieron a entrar al camarote y salieron al final de la tarde.

                                               II

La noche calló rápido y los marinos seguían pendiente del nerviosismo del polizonte, y de la felicidad del capitán, que extrañamente tarareaba una canción. Hasta él llegó el cocinero, quien trataría poner rienda al desbordamiento del hijo de su mejor y entrañable amigo.

-La tripulación comenta…

-¡¿Que comenta?! –Preguntó con cara muy seria  el capitán frunciendo el ceño

-Saben muy bien que te estas dejando llevar por tus…- en este punto trato serenarse, el decir esto era destapar algo que estaba dormido por mucho tiempo y que quizás será perjudicial para todos sin sacar ningún provecho de todo esto- ..tus pasiones- dijo tratando de poner punto final a la locura.

-No sé de qué hablas.-, trató de poner en claros sus ideas, mientras desviaba la pregunta del cocinero.

-Sabes que yo quise a tu padre, fue mi mejor amigo, a él pudiste engañar, no creas que te juzgo, ni nada de eso, pero sé muy bien que te gusta David, sé que has estado sufriendo durante las noches y se también más que gustarte, estas realmente enamorado de ese sujeto; así que deja de fingir…- no pudo terminar la palabra lo último que sintió fue el golpe estrellarse consigo y caer de bruces en el suelo.

Todos salieron corriendo a evitar la pelea. Sabían de sobra la razón de esta. Era una discusión de amigos que se niegan a ver la realidad.

El polizonte también sabía lo que sucedía, más para tratar de confundir preguntó la razón de la pelea pero no obtuvo respuesta. El cocinero le agregaba más leña al fuego.

-No sé ¿por qué? – dijo tratando de obtener una razón del capitán. Quien encendió su furia y golpeó al cocinero una y otra vez, los desapartaron. El capitán quedo en su puesto y junto a él, David, el cocinero fue hasta la cocina.

En la cabina del capitán, David y Martin hablaban -¿No sé qué te pasa? Eres una persona bastante extraña- pero el capitán no contestaba las preguntas del polizonte, solo  miraba el infinito. En cierto momento y ante la impotencia de ver como su mundo se venía abajo sus ojos se llenaron de lágrimas.

-En serio no te das cuenta de lo que pasa…estoy enamorado de ti

-Sí, lo sé desde hace bastante tiempo, desde que se esté escapo esa mirada en bar, creo por eso te escogí entre tantos barcos,

-¿Por qué sabias que no iba decirte que no?- dijo Martin apesadumbrado. -Me has utilizado.

-No, porque quería saber si entre nosotros podría haber algo más.

El capitán quedó frio, y solo pudo salir de su estupor al sentir un golpe fuerte que venía de abajo del bote y que le hizo perder el equilibrio.

-Pero qué demonios es esto… -otro golpe se sintió, algo golpeaba el barco. Un tercer golpe y ya todos los marineros miraba por la borda, algo muy grande y que no precisaban estaba debajo del bote, la mañana pronto se acercaba y llegaban al punto señalado.

Lo que fuera que estaba debajo del bote se devolvió con más fuerza. La sombra que parecía varias veces más grande que el bote nadaba por debajo del agua haciendo círculos.

No sabían que cosa era una sombra de algo que jamás había visto, hasta que el polizonte dijo hemos llegado, el lomo de algo monstruosos se levantó algo lejano a ellos y luego se sumergió para dar un enorme golpe al barco que abrió algunas aguas.

Luego vieron aparecer el sol, el agua volverse más clara. Lo que fuera que estaba por debajo del bote, tenían grandes extremidades y hacia un ruido impresionante que los marinos trataban de mitigar tapándose los oídos.

Los tripulantes no daban crédito a lo que habían visto, estaban a merced de una animal tan grande que no cabía en sus pensamiento, de un animal tan grande que  podía explicar que cosas era, de un animal tan inmenso que quizás los destrozaría en pocos momentos si así se lo propusiera.

Ese era quien comía ballenas y que dio con ellos varias veces durante el trayecto. Pero qué era, quedaron patitieso por la  bravura del gran monstruo y su velocidad, aunque no podían ver nada, el animal daba media vuelta  entorno a ellos, pasando una  otra vez por debajo, golpeando una y otra vez la embarcación , el sol salía más por el horizonte. El animal se deslizó por un gran hoyo que estaba debajo de ellos, y desapareció.


 Segui @LevisTorres1